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El Papalote Museo del Niño, uno de los favoritos en la ciudad, inauguró ayer sus obras de ampliación que le permitirán ofrecer una cara totalmente renovada a sus visitantes.

En esta renovación, que tuvo una duración de 19 meses, se invirtieron 659 millones de pesos, de los cuales el gobierno de la Ciudad de México aportó 378 millones para la remodelación; el resto proviene de “una campaña de recaudación de fondos” del Consejo Directivo del recinto entre la iniciativa privada. Entre los patrocinadores de esta nueva etapa del recinto se encuentran el grupo Bimbo, las empresas Banamex, Alpura, ADO, GNP seguros y Grupo Herdez, entre otros.

Esa cifra cercana a los 700 millones de pesos será casi la misma que se planea destinar a la construcción de un nuevo Papalote en Iztapalapa, el cual también funcionará bajo el esquema de inversión pública-privada. De acuerdo con Dolores Béistegui, directora del museo, el gobierno capitalino aportará el terreno y la obra, mientras que los gastos de operación y contenidos vendrán de la iniciativa privada.

En el proyecto de Presupuesto de Egresos de la ciudad para 2016, el gobierno capitalino contempló una inversión de 232 millones de pesos para la construcción de ese nuevo edificio en el oriente de la ciudad, el cual estará ubicado dentro de una plaza que se construirá en los terrenos del Centro de Transferencia Modal (CETRAM) “Constitución de 1917”.

Ayer, durante la apertura de los nuevos espacios, el jefe de gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, justificó la inversión en esta renovación como una aportación a un espacio que la ciudad merece. “Se lo merecía... se lo merece la Ciudad de México y no podíamos tener un lugar en donde nada más pasaran los años y quedara la huella del deterioro”, señaló.

Con esta transformación, el recinto que abrió sus puertas en 1993 como una iniciativa del sector privado creció 60% sus áreas de exhibición, las cuales ofrecen nuevos contenidos museográficos y actividades que, destacó Dolores Béistegui, harán que “la experiencia de aprendizaje y diversión sea más significativa y memorable”.

Entre los nuevos contenidos museográficos están seis áreas temáticas: “El viaje inicia”, que introduce a los visitantes a las nuevas zonas y ofrece una experiencia multimedia para conocer cómo los seres humanos están conectados entre sí y con el Universo; en “Mi cuerpo y yo” los niños pueden explorar el interior del cuerpo humano, aventurarse en el estómago, en el sistema digestivo, óseo y respiratorio.

“México vivo” es la tercera de estas nuevas áreas y comprende espacios al interior y al exterior. Ahí, los visitantes podrán observar los sistemas ecológicos que existen en el país y su biodiversidad; en “Mi hogar y mi familia” los niños interactúan con espacios que les son cotidianos, pero que les permiten reflexionar sobre actividades, temas y relaciones de familia que conforman un verdadero hogar. “Mi ciudad” es otro de los nuevos y atractivos espacios; a través de diversas actividades y sitios, como la recreación de un colorido tianguis, los visitantes pueden explorar las actividades y dinámicas de la capital.

“Laboratorio de ideas” es una de las áreas más amplias, está ubicada en la planta alta del recinto y ofrece a los niños la posibilidad de experimentar con herramientas digitales, crear su propio robot, pintar, dibujar y fabricar figuras con materiales reciclados.

El proyecto de transformación del recinto, a cargo del arquitecto Víctor Legorreta, también incluyó la ampliación del vestíbulo, la construcción de taquillas más cómodas, más sanitarios, un nuevo salón de usos múltiples y un estacionamiento más grande.

Estos nuevos espacios ya están abiertos al público, aunque todavía está pendiente la limpieza y adecuación de algunos elementos de diseño.

Para 2017, en el oriente. Ayer, al inaugurar el renovado museo, el jefe de gobierno capitalino anunció la construcción del nuevo Papalote en Iztapalapa, un proyecto que, dijo, tendrá las mismas dimensiones y características que el de Chapultepec.

Sobre este nuevo proyecto, Béistegui y Mauricio Amodío Herrera, presidente del Consejo Directivo, comentaron que la obra comenzará en unos tres meses y podría abrir en noviembre de 2017. “Será muy parecido en tamaño, unos 20 mil metros de construcción, como entre 8 y 10 mil metros cuadrados de exhibiciones”, indicó Herrera.

“Estaremos arriba de un Cetram, en condiciones diferentes, pero la naturaleza estará muy presente”, añadió Béistegui. Explicó que el concurso para elegir la propuesta arquitectónica del nuevo Papalote comenzó el año pasado. “Fue un concurso abierto en el cual invitamos a todos los despachos mexicanos. Recibimos más de 800 propuestas, de los cuales se presentaron y desarrollaron 172”, detalló. El ganador, elegido por unanimidad, fue el de Carlos Rodríguez Bernal y su despacho SPRB arquitectos, de Guadalajara, en colaboración con MX_SI architectural studio, con sede en Barcelona.

“Ya se está desarrollando el anteproyecto, luego el proyecto ejecutivo y la licitación pública”, dijo Béistegui.

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