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Bajo el pretexto de un ejercicio artístico, parte de las cenizas del arquitecto Luis Barragán, como su archivo profesional, están fuera del país.
En septiembre del año pasado, la artista conceptual Jill Magid, con apoyo de autoridades jaliscienses, exhumó de la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres los restos del arquitecto ganador del Pritzker en 1980, dentro de un proyecto artístico que tenía la intención de cuestionar el destino del archivo documental del arquitecto que se encuentra en Suiza y que es propiedad de Federica Zanco, experta en arquitectura y esposa del presidente de Vitra, compañía mueblera internacional, quienes lo compraron en 1994. La adquisición, se dice, habría sido un regalo de bodas.
La intención de la artista estadounidense, explicó un reportaje publicado esta semana por la revista The New Yorker, era crear con las cenizas del arquitecto mexicano un diamante para un anillo de compromiso que entregaría a Zanco, a cambio de tener acceso a los materiales del archivo y para que, eventualmente, el archivo fuera devuelto a México. Desde que fue adquirido este acervo, que contiene documentos, dibujos, bocetos, planos y fotografías del artista, está custodiado en la sede corporativa de Vitra. El acervo fue heredado por el arquitecto Raúl Ferrera y, tras su muerte, fue vendido a una galería y luego fue comprado por sus actuales dueños.
El anillo forma parte de la exposición La propuesta, que fue exhibida en el Kunst Halle Sankt Gallen en St. Gallen, Suiza, y que llegará al Instituto de Arte de San Francisco, el 9 de noviembre.
Según el texto curatorial, el proyecto ha contado con el apoyo de los familiares de Barragán y de autoridades mexicanas. La artista, quien había realizado otras exposiciones sobre el tema, ha dicho a la prensa que la familia del arquitecto está emocionada y que invirtió en esta propuesta.
Nadie sabe en el Congreso. Aunque según The New Yorker la exhumación de los restos de Barragán se realizó en septiembre, al inicio de la actual legislatura de Jalisco, en octubre de 2015, en la Comisión de Cultura del estado seguía pendiente el oficio mediante el cual se solicitó la autorización del Congreso de Jalisco para abrir el nicho de la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres asignado al arquitecto.
La legisladora Kehila Ku, presidenta de la Comisión de Cultura del Poder Legislativo —encargado de determinar quién puede ocupar un espacio en el monumento— confirmó ayer a EL UNIVERSAL que aún no se dictamina la viabilidad de la petición.
Arabella González, titular de la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán, dijo que esta Fundación es ajena a esa decisión de exhumar los restos: “Desconozco la gestión que la artista hizo tanto con la familia del arquitecto como con el Ayuntamiento de Guadalajara, así como sus razones para permitirlo”.
A través de un correo electrónico, González explicó que los archivos profesionales del arquitecto Barragán están en Suiza, en la Barragán Foundation, y que la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán, en México, posee los archivos personales del arquitecto: “Nuestros archivos están en excelente estado de conservación y son abiertos al público, estudiantes e investigadores, pero de los acervos de otras instituciones y en el estado en el que se encuentran, no podría saber”, concluyó González.