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cultura@eluniversal.com.mx
“Sin la participación de la sociedad civil es imposible proteger el patrimonio cultural. Las instituciones no se pueden dar abasto, ni Bellas Artes ni el INAH ni UNESCO ni ninguna otra institución puede proteger sola el patrimonio cultural. Es la sociedad civil la que no sólo protege sino que avisa cuando hay una agresión contra ese patrimonio”, expresa la arquitecta Olga Orive Bellinger, expresidenta de ICOMOS (Comité Nacional Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios de la UNESCO).
La arquitecta, autora de libros y publicaciones sobre la conservación de sitios y monumentos, es la invitada de Confabulario TV, producción de EL UNIVERSAL y Canal 22 que este jueves 1 de septiembre estará dedicada al tema “La gran arquitectura del siglo XX, un patrimonio en peligro de extinción”. El programa se transmitirá mañana a las 20 horas por el Canal 22, con repetición el sábado 3 de septiembre a las 13:30 horas. También se podrá ver en EL UNIVERSAL on line.
El patrimonio cultural del siglo XX y los peligros que enfrenta revisa distintos ejemplos de arquitectura en la Ciudad de México y las acciones que se llevan a cabo para su preservación; al mismo tiempo registra los problemas que enfrentan algunos inmuebles o los nuevos usos que jóvenes y otros ciudadanos dan a estos espacios.
La arquitecta Olga Orive refiere que hay miles de edificios que demandan una acción urgente para su conservación: “En la colonia Roma, por ejemplo, hay cantidad de edificios que están abandonados, otros que se están derrumbando; en el Centro hay una lista que se hizo desde 1985, con peligros de demolición y muchos requieren urgente atención”.
Para Olga Orive, la solución no es demoler estas edificaciones sino encontrar un financiamiento público y privado para hacer vivienda y comercios en éstos:
“Tenemos que pensar que el Centro de la ciudad de México, con la salida de la Universidad hacia Ciudad Universitaria, en 1952, se abandonaron muchos edificios que eran librerías, fondas, viviendas para los mismos estudiantes, y que hoy están en manos de bodegueros y lo que necesitamos es viviendas. Muchísimos están en ese peligro”, resalta la arquitecta.
Uno de los temas que retoma Olga Orive en la entrevista es el de la importancia de los vínculos entre el ciudadano común y el patrimonio. En ese sentido, señala que la formación acerca de la necesidad de hacer conciencia de esta arquitectura debe iniciarse desde la infancia: “Existe una falta de cultura extrema y eso tendríamos que verlo desde kinder, ni siquiera desde las primarias. Darle a los niños el orgullo por el patrimonio cultural de nuestro país. Entender que si no les enseñamos que hay que protegerlo, cuidarlo y quererlo y hacer todo lo posible por no dañarlo, más adelante los jóvenes no harán algo contra el patrimonio cultural”.
Hay iniciativas de concientización, pero no son suficientes. “Existe en la Ciudad de México una materia sobre patrimonio cultural, pero hasta la secundaria, en los otros estados no hay ni eso”, explica la arquitecta.
Orive resalta que hay acciones de grupos por preservar y apropiarse de los espacios, por ejemplo el ejercicio de ponerle nombres a los edificios “es hacer bucólico algo que parece extraño”.
Acerca de la viabilidad de que los edificios puedan generar recursos para su manutención, afirma: “La verdad es que debieran ser autosuficientes. Hay muchos problemas; no alcanza el presupuesto en cuanto a las instituciones federales, estatales o municipales, pero tampoco en propiedad privada. Un ejemplo es el Polyforum Siqueiros; la familia Suárez lo mantiene en pie, pero tiene problemas serios de manutención y restauración”.