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Le Corbusier llegó con la misión de crear Chandigarh, una ciudad que simbolizaría la India moderna nacida tras la independencia de los británicos y, aunque el resultado logró un amplio reconocimiento en el extranjero, en este país fue vista como la obra de un extraterrestre.
Ahora, 65 años después de que el arquitecto francosuizo aceptara construir la que sería la capital del estado del Punyab (norte), la UNESCO acaba de declarar parte del trabajo de Le Corbusier, incluido el complejo del Capitolio de Chandigarh, Patrimonio Mundial por "la invención de un nuevo modo de expresión de la arquitectura".
Sin embargo, a pesar del importante reconocimiento, la ignorancia o el rechazo hacia la obra de Le Corbusier (1877-1965) en el gigante asiático sigue siendo generalizado, lo que no impide que algunos de sus incondicionales se nieguen a tirar la toalla.
"No tienen ni idea, ni idea, (...) es desalentador, pero eso también significa que tenemos mucho trabajo por hacer", explicó la directora del Centro Le Corbusier de Chandigarh, Deepika Gandhi, en relación a cuánto saben sus compatriotas del arquitecto.
Además, añadió la directora, entre los que sí han oído hablar de Le Corbusier existe "la creencia extendida de que (...) no sabía cómo funcionaba la India, que no supo diseñar pensando en la India".
"Lo más gracioso que puedes escuchar es que 'Chandigarh no es una ciudad india'. Pero una ciudad india no necesita ser caos, ruido y anarquía, puede ser orden", sentenció Gandhi, que remarcó que detrás del proyecto de la urbe está el sueño de modernidad del primer mandatario de la India independiente, Jawaharlal Nehru.
Guste o no, nadie puede negar que, en la India, el orden de Chandigarh es único.
Inspirada en el cuerpo humano y con forma de rayuela, cada parte de la ciudad tiene un fin: las vísceras son la zona industrial, el corazón es el centro capitalino, el sistema circulatorio lo conforman los siete tipos de carreteras que cruzan la urbe, los pulmones son los parques y la cabeza es el complejo del Capitolio.
Es ahí, en el Capitolio, donde están ubicados los tres edificios más emblemáticos de Le Corbusier en Chandigarh y claves para el funcionamiento de los estados del Punyab y Haryana, al ser desde 1966 capital compartida de ambos: el Tribunal Supremo (poder judicial), la Asamblea (poder legislativo) y el Secretariado (poder ejecutivo).
Para remarcar la influencia del complejo del Capitolio en el devenir de la arquitectura moderna, Sohan Lal Saharan, profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Punyab en
Chandigarh, comenta que siempre suele dar a sus alumnos el mismo ejemplo.
"Les digo que si miran la arquitectura de los últimos 30-45 años, toda ella parece que hubiera sido inspirada por alguno de esos tres edificios de Le Corbusier", aseveró Saharan en su despacho de la facultad diseñada también, cómo no, por el "maestro" francosuizo.
Según el profesor, basta con observar muchos de los elementos de esas tres monumentales construcciones, de forma rectangular y dispuestas de manera asimétrica en una enorme explanada, para poder apreciar la influencia que han tenido en otros arquitectos.
Está el uso del hormigón armado, la planta libre de muros mediante el uso de pilares, el juego de luces mediante la colocación estratégica de ventanas y cristaleras, sus experimentaciones con la luz y la sombra o el empleo de grandes parasoles de concreto.
Ese obsesión por la luz rebate también las principales críticas hacia Le Corbusier en la India, que aseguran que en su diseño pareció olvidarse de las endiabladas temperaturas y el constante sol que suele atormentar las cabezas de los habitantes de Chandigarh.
De acuerdo con el profesor Saharan, y aunque reconoce que quizá el uso de ciertos materiales no fue el adecuado, otros elementos que buscan combatir las altas temperaturas son los numerosos parques repletos de árboles o la orientación especial de toda la urbe, incluidas las casas, teniendo en cuenta el sol.
"Por ejemplo, cuando conduzco por la tarde le suelo decir a mi hijo que el sol no me ciega porque se encuentra a un lado. (Y es que Le Corbusier) siempre remarcó la importancia de la naturaleza en la vida, por lo que quiso que todos los edificios estuvieran marcados por ella", sentenció el académico.
jpe