Más de doscientos monumentos soviéticos repartidos por toda Polonia pueden acabar sus días en un museo al aire libre en una antigua base militar si se cumplen los planes de un instituto histórico dependiente del Gobierno de Varsovia, que quiere retirarlos de calles y plazas a pesar de las críticas rusas.

El Instituto de la Memoria Nacional (IPN) propone albergar los llamados "monumentos de agradecimiento al Ejército Rojo" en un parque en una antigua base situada en Borne Sulinowo (noroeste de Polonia), según informaron hoy fuentes de esta institución.

Ese tipo de parques con recuerdos soviéticos, argumenta el IPN, ya existen en otros países como Lituania, Hungría o incluso en la propia Rusia.

A pesar de que Polonia abandonó el comunismo y el Pacto de Varsovia tras la caída del muro de Berlín, el país centroeuropeo sigue sin saber qué hacer con el legado histórico que dejó el Ejército Rojo y el periodo de dominación soviética.

Moscú ha tachado de "cínico e inmoral" el plan polaco de retirar los monumentos a los soldados soviéticos que dieron sus vidas por liberar a Polonia de los nazis y ha recordado que Varsovia está obligada a protegerlos en virtud de un acuerdo bilateral con Rusia 1994.

Mientras que Polonia sostiene que el acuerdo se refiere únicamente a los cementerios, el Kremlin dice que se trata de todos los monumentos de guerra en el territorio polaco.

El IPN ha catalogado 229 monumentos que podrían ser trasladados al parque de Borne Sulinowo, aunque la decisión final de retirarlos de las calles corresponderá a los municipios.

Durante la pasada campaña electoral, el partido gubernamental Ley y Justicia, una fuerza de corte nacionalista, propuso en varias ocasiones la retirada de los símbolos soviéticos.

rqm

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