Pequeñas vasijas de cerámica, instrumentos para moler y tallas de rostros en piedra forman parte de las 22 piezas arqueológicas de las culturas inca y de Tiahuanaco recuperados por Bolivia en Alemania y expuestas desde hoy en su embajada berlinesa.
Son objetos que guardaba en Múnich (sur de Alemania) la familia del fotógrafo y explorador Hans Ertl, cuyo nieto, Tobias Wagnerberger, decidió devolverlas a su país de origen.
Todavía tienen que ser analizadas por arqueólogos especialistas pero, como destaca el embajador boliviano en Alemania, Jorge Cárdenas, haberlas recuperado supone ya un hito.
"El valor es de recuperación del legado de nuestro pasado que está andando por el mundo antes que en el lugar de origen, que es como debería ser", explica.
Hans Ertl, explica Cárdenas, dejó Alemania escapando de la Segunda Guerra Mundial y llegó a Bolivia primero para hacer montañismo y después, tras enamorarse del país, para pasar en él la segunda parte de su vida descubriendo los Andes y la Amazonía. Murió en el 2000 a los 92 años en San José de Chiquitos.
Tobias Wagnerberger es hijo de la hija menor de Hans Ertl, Heidi Ertl, la única de la familia que regresó a Alemania, y es él quien decidió entregar las piezas que se guardaban en los depósitos del sótano de su abuelo.
Hay objetos de metal, piedra y cerámica, algunos con pequeñas grietas o rotos, pero todas muestran y apoyan, insiste, el embajador, el valor de la recuperación del patrimonio.
"El patrimonio es del lugar de donde se produce; nosotros afirmamos que estas piezas son bolivianas porque además el abuelo en un documental muestra muchas de estas piezas en una de las expediciones en donde él creyó que era el Paititi", legendaria ciudad perdida escondida en las selvas de la Amazonía boliviana, añade.
En un acto organizado ayer para celebrar el Año Nuevo Andino Amazónico 5.524, el presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció que viajará a Alemania a recoger las piezas, una visita todavía sin planificar.
sc