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La digitalización de la mayor tumba del Valle de los Reyes en Egipto, la del faraón Seti I, se ha hecho realidad tras tres años de estudio y permitirá mediante un facsímil mostrar al público el sepulcro y preservar el original.
Entre tinieblas, altas temperaturas y vigas que consolidan sus muros, expertos españoles del estudio Factum Arte trabajan en la orilla oeste de la ciudad de Luxor para captar al detalle la estructura y rica decoración de la tumba.
Una misión a largo plazo -como mínimo durará un año- para obtener una réplica a escala real en la que el ojo humano no pueda notar la diferencia con el monumento real y que, como ocurrió con la del faraón Tutankamón, pueda fomentar el surgimiento de nuevas teorías sobre los misterios del Antiguo Egipto.
La tumba de Seti I fue uno de los primero trabajos de Factum Arte, cuya sede se encuentra en Madrid, así como "una demostración de lo que se podía hacer con la tecnología", explica el encargado del proyecto, Carlos Bayod, quien incide en que el facsímil será "exacto, a escala 1-1 y en alta resolución".
Hace unos quince años se digitalizó un muro, pero cuando el equipo regresó en 2009 para continuar su misión las condiciones de la tumba recién restaurada no lo permitieron, lo que les condujo a realizar el facsímil de la tumba de Tutankamón.
¿Por qué ese interés especial por Seti I, un faraón de la decimonovena dinastía que reinó hace más de 3.000 años? Bayod argumenta que su tumba es "impresionante, la más grande y una de las más importantes" de la necrópolis tebana.
A esto se suma que lleva cerrada al público mucho tiempo para evitar su deterioro, y que las autoridades egipcias planean reabrir sus puertas en un futuro pero solo previo pago de 100 dólares.
"Este proyecto de documentar las tumbas y hacer facsímiles responde a este propósito de hacer visible al público los monumentos y ayudar a su preservación", agrega el experto.
La réplica se instalará en la entrada del Valle de los Reyes, junto al facsímil de la tumba de Tutankamón y la casa del egiptólogo británico Howard Carter. En esa zona, la Fundación Factum Arte restaura también una vivienda para establecer un centro de formación en escaneado 3D.
"El objetivo -continúa Bayod- es hacer más réplicas de tumbas y lo ideal es que el proyecto sea sostenible en el tiempo y que el día de mañana sea la gente de Luxor la que se haga cargo de documentar y proteger estos monumentos".
Con el centro de formación se busca asimismo una transferencia de conocimiento y tecnología, que es necesario adaptar al específico trabajo en las tumbas. Para ello, Factum Arte desarrolló por ejemplo el escáner Lucida, basado en la obtención de datos por triangulación.
"Nosotros proponemos un tipo de tecnología de no contacto, en ningún caso somos restauradores, sino que documentamos las tumbas en su estado actual", asevera Bayod.
De la inmensa tumba de Seti I, descubierta en 1817 por el arqueólogo italiano Giovanni Battista Belzoni, Factum Arte va a capturar todo su conjunto, tanto los pasillos, como las entradas y las cámaras, a diferencia de lo efectuado en el sepulcro de Tutankamón, cuya réplica comprende básicamente la cámara funeraria.
Los trabajos de digitalización, que comenzaron a principios de mayo con dos escáneres Lucida en paralelo, ya han concluido en la Sala de las Bellezas. En sus muros, inicia ahora la captura del color el fotógrafo español Gabriel Scarpa.
Para su misión emplea teleobjetivos muy largos, como mínimo de 180 o 300, y a una resolución de imagen de entre 400 y 800 píxeles para capturar "mucho detalle".
Cada fotografía abarca una superficie de 20 por 20 centímetros, que luego se unen para "crear un panorama gigante", explica Scarpa, quien ante la inmensidad de la tumba y las complicaciones de trabajar en su interior está probando la técnica de la fotogrametría.
Esta técnica permite capturar 3D y color pero a una resolución "un poco modesta". De conseguir el resultado óptimo podrían, según el fotógrafo, avanzar "mucho más rápido" y llegar a zonas altas que con los teleobjetivos sufren distorsiones.
"Nuestro mínimo es lo que se hizo en Tutankamón, pero esta (réplica) debería ser aún más fiel a nivel de micras de milímetros, representar aún mejor la realidad", comenta.
La precisión del facsímil del "faraón niño" permitió al egiptólogo británico Nicholas Reeves distinguir unas hendiduras en los muros de la tumba y anunciar su hipótesis de la presencia de la cámara de la reina Nefertiti.
El hecho de que su trabajo aporte nuevo ímpetu a la arqueología emociona a Bayod, quien destaca la grandeza de que la información de Factum Arte sirva para elaborar nuevas teorías.
sc