Más Información
Desde box hasta trampolín Fitness; clases masivas como estrategia de Claudia Sheinbaum para incentivar el deporte
Universidad Autónoma de Guerrero entrega doctor Honoris a Rosario Ibarra de la Garza; premio post morten fue recibido por su hija
Claudia Sheinbaum se reúne con familiares de mineros atrapados en El Pinabete y Pasta de Conchos; continúan rescates, asegura
Mario Delgado se reúne con Samuel García; gobernador pide aumento de recursos en el PEF 2025 para NL
Ebrard presenta denuncia ante la FGR contra plaza Izazaga para extinción de dominio; piratería asegurada asciende a 7.5 mdp
El testaferro de abogado Juan Collado manejó un patrimonio de 15 millones de dólares; contempla inmuebles, negocios y cuentas bancarias
De acuerdo con expertos de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, la exposición, antes de dormir, a dispositivos electrónicos como la televisión, los videojuegos, las computadoras, las tabletas y los teléfonos móviles causa irritabilidad, problemas de conducta, riesgo de accidentes y bajo rendimiento físico, mental y escolar en niños y adolescentes. El uso excesivo de estos aparatos también puede ocasionar alteraciones del ciclo sueño-vigilia, dificultades para la interacción social, trastornos alimentarios y, en general, afectaciones a la salud física y mental.
Reloj biológico alterado
Ulises Jiménez Correa, director de la Clínica de Trastornos del Sueño, expone que nuestro reloj biológico nos ayuda a sincronizar la vigilia con el día y el sueño con la noche. Pero, si nos exponemos a iluminación artificial antes de acostarnos, ese ritmo se altera.
Entre la población, los dispositivos electrónicos usualmente se ubican en el lugar más privado de los hogares: las recámaras. Incluso, en la cama, la gente se estimula con esos aparatos y al querer dormir no le es posible; cuando lo logra se presentan despertares y en la mañana sufre cansancio, somnolencia, y el horario de sueño se hace irregular.
“Por eso es importante limitar el tiempo de uso de estos dispositivos y que sea en horarios adecuados, para que no interfieran en la calidad del sueño”, subraya Jiménez Correa.
Estudios
Leticia Verdugo Díaz, del Departamento de Fisiología, destaca que cada año aumenta la utilización de dispositivos electrónicos y, aunque los indicadores no son concluyentes, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer estableció en 2004 que los campos electromagnéticos de frecuencias extremadamente bajas tienen cierta posibilidad de ser cancerígenos.
Aunque la relación entre el uso de estos dispositivos y la afectación en humanos es aún limitada, lo mejor es tomar medidas razonables para reducir la exposición, como determinó la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. Por ejemplo, en Francia se ha restringido la compra de celulares para menores de 12 años; la recomendación en ese continente es hacerlo a los 18 años.
Según un estudio de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala efectuado en 2015, la mayoría de los jóvenes universitarios usan televisión, teléfono móvil y computadora antes de dormir. Ellos reportaron problemas de insomnio y somnolencia. Según otra investigación realizada en Noruega, los chicos que recurren a esos dispositivos en la noche tardan más en dormir y presentan un sueño deficiente.
“Dormir menos de cinco horas implica un riesgo, porque en ese tiempo de descanso se efectúan muchos procesos fisiológicos fundamentales, entre ellos, el crecimiento”, señala Verdugo Díaz.
Recomendaciones
Aurora Jaimes Medrano, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, explica que el sueño también sirve para consolidar el aprendizaje y los procesos de memoria. Cuando se dificulta dormir por el uso de dispositivos electrónicos hay irritabilidad, intranquilidad e inquietud motora. La alteración del sueño puede asociarse, incluso, a sintomatología de depresión o ansiedad.
Cuando una persona usa excesivamente aquéllos y tiene una adicción a juegos, presenta otras conductas, como las observadas en el abuso de drogas o alcohol.
Ante este panorama, no sólo se debe usar luz tenue en los dispositivos electrónicos, sino apagar, por lo menos una hora antes de ir a la cama, cualquier medio electrónico. Su uso continuo por más de cuatro horas afecta de manera directa el tiempo y la calidad del sueño”, apunta Jiménez Correa.
Los niños duermen menos conforme crecen; un recién nacido lo hace entre 16 y 20 horas al día; a los cinco años se requieren entre 13 y 15 horas; y a los 10, de 10 a 12 horas. Así, el infante, de acuerdo con su edad, debe cubrir una cuota de sueño adecuada.
“Por ello, el tiempo de uso de los aparatos también debe ir a la par con la edad”, concluye Jaimes Medrano.