El presenta la muestra “Ciudades sumergidas” a través de objetos rescatados de Thonis-Heraclión y Canopus, dos urbes del antiguo Egipto que están bajo el agua desde hace más de mil años y que fueron redescubiertas hace 20 años.

El recorrido en “Sunken Cities” (Ciudades Sumergidas) inicia con la estatua colosal de granito rojo de 5.4 metros de alto y seis toneladas de Hapy, el padre de los dioses, generador de fecundidad y fertilidad que se erige frente a un video que explica cómo fue rescatada de las costas egipcias.

El próspero puerto de Thonis-Heraclión y el centro religioso de Canopus eran ciudades prósperas mucho antes de la fundación del puerto de Alejandría en 331 antes de Cristo (A.C.).

Hace unos mil 300 años las dos ciudades en la Bahía de Abukir, entre los famosos puertos de Alejandría y Rosetta, se hundieron gradualmente, -como sucede ahora con Venecia- y quedaron bajo el agua debido a terremotos y maremotos.

Los descubrimientos y excavaciones que comenzaron en 1996 sugieren que las ciudades fueron habitadas hasta el año 700 después de Cristo (D.C.) antes de sumergirse en el fondo del mar.

La muestra presenta 300 objetos, 200 de los cuales fueron rescatados en las costas de Alejandría entre 1996 y 2012, y muchos son presentados por primera vez en el Museo Británico.

El Instituto Europeo de Arqueología Submarina, que preside Franck Goddio, descubrió un templo de 100 metros de largo en el fondo del mar y 69 barcos de madera, así como restos humanos, confirmó la curadora de la muestra Aurelia Masson-Berghoff.

Los objetos perfectamente conservados incluyen las impresionantes esculturas del rey y la reina ptolomeos (283-246 A.C.) conservados en perfecto estado, que fueron encontrados a 10 metros de profundidad.

Los arqueólogos encontraron a los reyes fracturados en varias partes cuando fueron rescatados del templo dedicado a Amón-Gereb, uno de los principales dioses de la ciudad de Heraclión.

La muestra resalta la relación política, comercial y cultural que existió entre Egipto y Grecia desde el año 650 A.C. a través de objetos representativos como el busto de Alejandro Magno -que conquistó Egipto en 332 A.C.

El intercambio cultural y religioso floreció en esa época, en especial con la adoración del dios Osiris, uno de los más importantes de la mitología egipcia.

Otro tesoro submarino es la estatua de la reina Cleopatra III, que gobernó de 142 al 101 A.C., representada como la diosa egipcia Isis, que está adornada con motivos griegos y egipcios.

La muestra presenta objetos de museos egipcios como el toro sagrado Apis, que luce junto a piezas extraídas del mar como la escultura Arsínoe II, reina convertida en diosa y adorada tanto por egipcios como griegos.

La exposición, que se espera sea una de las más taquilleras del calendario cultural, destaca que solo una pequeña parte de estos sitios arqueológicos han sido explorados y aún hay secretos que yacen en las profundidades del mar.

rqm

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