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Los trabajos de restauración de las ruinas de la ciudad monumental siria de Palmira, cuyos restos son Patrimonio Mundial de la Unesco, comenzarán a partir del próximo mes de junio o julio, anunció hoy el director de Antigüedades y Museos de Siria, Maamún Abdelkarim.
"Comenzaremos la restauración por la ciudadela, pero primero tenemos que asegurarnos bien de que no queda ninguna mina o explosivo en la zona", explicó el responsable arqueológico en una conversación telefónica.
Durante diez meses, esta población estuvo bajo el control del grupo terrorista Estado Islámico (EI) hasta que el domingo pasado el ejército sirio recuperó su dominio en una ofensiva.
Después de que las autoridades completaran ayer el desminado de la parte arqueológica, donde hay ruinas grecorromanas, un equipo de la Dirección General de Antigüedades ha llegado esta mañana a Palmira para evaluar el volumen de los daños; una actividad que se prolongará durante los próximos dos meses.
"La situación en general es buena, ya que el 80 % de la zona antigua se conserva", apuntó Abdelkarim, que está en contacto con los expertos trasladados a la urbe, que le están enviado fotografías de las antigüedades.
El EI dinamitó tres torres funerarias del siglo I d.C., el templo de Bel, el templete de Bal Shamin y el arco del triunfo durante el periodo que tuvo la localidad bajo su control.
Los arqueólogos han podido verificar no solo esta destrucción en la parte grecorromana, situada en las afueras, sino también dentro del museo de Palmira, donde "el 'Dáesh' (acrónimo en árabe de Estado Islámico) ha hecho añicos las caras de las estatuas que quedaban".
"Han destruido los rostros de veinte estatuas que había en el museo por motivos religiosos, ya que este grupo tiene una ideología extremista", indicó Abdelkarim.
Pese a este destrozo, Abdelkarim se mostró confiando en que las caras de esas piezas se podrán reconstruir.
No obstante, antes de la irrupción del EI en Palmira las autoridades sirias habían sacado 400 estatuas de la ciudad que trasladaron a zonas seguras. "Solo quedaron en el museo las piezas grandes que no podíamos desplazar", precisó Abdelkarim.
El director de las Antigüedades sirias estimó que se tardarán unos cinco años en restaurar los destrozos ocasionados por los extremistas.
"En el proyecto de restauración colaboraremos con la Unesco y con la comunidad local, que es la que nos ha estado ayudando durante el tiempo que el EI ha controlado Palmira, para que los templos destruidos recobren su esplendor", señaló Abdelkarim.
La Unesco ya ha anunciado que enviará una misión de expertos a Palmira y que organizará a finales de abril una conferencia sobre la reconstrucción del patrimonio cultural de Siria.
Ubicada en un oasis, Palmira fue en el pasado uno de los centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria.
Antes del inicio del conflicto en el país árabe, en marzo de 2011, sus ruinas eran uno de los principales centros turísticos de Siria y de la región.
rqm