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La capital lusa se suma al mapa de ciudades románticas europeas en este San Valentín, que celebra con las actividades del proyecto "Enamorados por Lisboa", con el que espera transmitir pasión por su historia y cultura.
Rutas, exposiciones, cursos de tiro con arco inspirados por Cupido o un concurso para elegir el mejor beso cinematográfico son algunos de los eventos programados para el Día de los Enamorados, con los que Lisboa hace honor a su patrón San Antonio, conocido como el "santo casamentero".
El patrimonio y la larga historia de la capital lusa son los protagonistas de la ruta "Lisboa de los Amores", un viaje por alguno de los principales miradores de la que es conocida como "la ciudad de las siete colinas".
En este recorrido romántico se pueden visitar algunos de los célebres "miradouros" -miradores- lisboetas, como el de Nossa Senhora do Monte, el de Graça, el de Portas do Sol y el de Santa Luzia.
"Los "miradoures", más allá de sus características paisajísticas, son también locales de encuentro para los enamorados, tanto por sus terrazas como por su ambiente romántico", dijo a Efe Teresa Machado, responsable del itinerario.
Además de una deslumbrante vista de Lisboa en cada "miradouro", en estos lugares también "hay una historia de amor o desamor para contar, unida al paisaje, a un palacio o a un convento", explicó.
Junto a estas historias existen también ciertas tradiciones antiguas cargadas de peculiaridad, como la de la silla milagrosa de São Gens, cerca del mirador de Nossa Senhora do Monte.
Reza la leyenda que esta silla, que perteneció a São Gens -el primer obispo de Lisboa-, otorga protección desde el siglo XII a todas las mujeres embarazadas que se sientan en ella.
Según Machado, a lo largo de la ruta se pueden ver los ingredientes que convierten a Lisboa en una ciudad romántica, como "sus paisajes urbanos que van cambiando en cada esquina".
Lisboa puede ser considerada una ciudad romántica también "por su buena gastronomía, por su vida nocturna, por su luz radiante, por las personas y por su diversidad", asegura la organizadora de la ruta.
A pesar de que niega comparaciones con París o Venecia, considera que Lisboa no está al lado de ellas como ciudad romántica porque "todavía no han descubierto sus encantos".
"Más que intentar explicar lo bueno que tiene Lisboa, lo mejor es sentirla", señaló.
Para descubrir otros de los encantos de la ciudad, el proyecto "Enamorados por Lisboa" incluye otra ruta inspirada en el amor entre el poeta Fernando Pessoa y Ofélia Queiroz -la única novia que se le conoce-, considerado uno de los mayores romances de la literatura portuguesa.
La estatua que el patrón lisboeta, San Antonio, tiene en el Museo de Lisboa también es protagonista este 14 de febrero, con la tradición que asegura que se puede encontrar o mantener el amor lanzando una moneda a la estatua.
Si la moneda cae encima del libro que sujeta San Antonio significa que el amor está en camino o que durará para siempre.
La tradición secular de los "pañuelos de los novios" -pañuelos blancos bordados con varias frases poéticas románticas, tradicionalmente elaborados por mujeres en edad de casarse- es el eje central de una exposición organizada en el ámbito del 20 aniversario de la galería Arte da Terra.
Esta costumbre portuguesa tiene sus orígenes en el siglo XVII y era especialmente frecuente en la región norteña del Minho, en la frontera con Galicia.
Además de su función decorativa, formando parte de los trajes de las mujeres que los elaboraban, los pañuelos servían para intentar conquistar al enamorado, que lo recibía y tenía que usarlo para mostrar que el sentimiento era recíproco.
Muestras de estos pañuelos van a estar expuestos junto a varias piezas de arte inspiradas por esta tradición en la galería lusa hasta el 21 de febrero.
En un día pensado para los enamorados, Lisboa no se olvida de aquellos a los que les han partido el corazón o están desilusionados con el amor y también organiza una cena exclusiva para ellos.
cvtp