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Venecia tiene una deuda de unos 65 millones de dólares con el gobierno de Italia, está contemplando medidas drásticas para solventar su déficit y el arte está envuelto en esta decisión.
De acuerdo con nasdaq.com, la ciudad italiana tenía como fecha límite para resolver su adeudo hasta el último día de 2015, pero, habiendo perdido este umbral, tendrá que pagar millones de dólares más por sanciones impuestas desde Roma.
El alcalde de Venecia Luigi Brugnaro, quien asumió el cargo en junio pasado, propuso la drástica medida de vender obras de arte de los museos públicos, entre las que estarían contempladas ejecuciones de artistas como Gustav Klimt y Marc Chagall.
El esplendor y singularidad de la ciudad de los canales que tanto asombra a los visitantes pareciera tener un firme sustento, pero mantenerla resulta demasiado caro.
La erosión del agua salada exige una importante inversión para conservar sus edificios, los cuales deben ser sometidos a labores de restauración cada 10 años, cuando un edificio en otro sitio recibe este tipo de atención cada 50 años.
Otro factor para incrementar la pérdida es la proliferación de los juegos de azar en línea, que han acabado con la derrama económica en casinos de la ciudad, que ha caído hasta en un 80 por ciento desde 2008.
En diciembre, Roma acordó entregar a Venecia 65 millones de euros (casi 70 millones de dólares) para los próximos seis años, cuando la ciudad lacustre esperaba ingresar por esta vía un presupuesto de 50 millones de euros (unos 53.7 millones de dólares) al año.
Por esta razón se está considerando la medida de vender piezas de arte, como el óleo “Judith II (Salome)” (1909), de Gustav klimt, que, se considera, “no pertenece a la historia y la tradición de la ciudad”.
Pese a que la propuesta ha sido duramente criticada por la comunidad cultural de Venecia, Brugnaro dijo que “voy a vender las pinturas en lugar de sentarme aquí y admirarlos mientras gotea la lluvia en los pupitres de los niños y las bibliotecas públicas no tienen papel higiénico”.
rqm