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El presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados para el subsector cultura en 2016, que consiste en 17 mil 32 millones de pesos (mdp), debería ser suficiente para que, en caso de aprobarse, comience a operar la secretaría de Cultura, consideran expertos en legislación cultural.

Si bien en una primera lectura al Presupuesto de Egresos de la Federación 2016 para el subsector cultura se observa que hay una diferencia de 2 mil 206 mdp respecto a lo aprobado en 2015, el especialista Carlos Villaseñor explica que hay que tomar en cuenta que esa cifra proviene del llamado “Fondo de Cultura”, programa que implicaba apoyos a la infraestructura cultural de estados y municipios, no del monto destinado a las unidades responsables integrantes del subsector cultura, es decir, INAH, INBA, Radio Educación, Conaculta, el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), el Centro Cultural Tijuana, Educal, Estudios Churubusco, Fideicomiso para la Cineteca Nacional, IMCINE y Canal 22. Estas instituciones culturales de carácter federal, dice, en su conjunto logran un incremento de 3.5% respecto al año anterior, en gran parte, gracias a un aumento de 162 mdp al Conaculta.

“Si consideramos a la secretaría de Cultura como una reagrupación, una forma administrativa distinta para que continúen operando las mismas instituciones que actualmente están operando y que están funcionado con el sector cultura, desde luego que funcionaría, porque el monto presupuestal prácticamente se conserva. Es más, tiene un incremento nominal de 3.5%”, comenta en entrevista.

El presupuesto total para el sector cultura se divide en tres partes: el destinado para unidades responsables, que en el PEF 2016 es de 13 mil 489 mdp; el programa “Apoyo a la cultura”, con mil 978 mdp, que compacta los  programas Instituciones Estatales de Cultura, Ciudades Patrimonio, PAICE, PACMYC y FOREMOBA; y las ampliaciones a proyectos culturales, mejor conocidos como etiquetados, con mil 565 mdp.

Por eso, Villaseñor comenta que salvo la necesidad de revisar casos de instituciones como el INAH y el CCC —que tuvo una reducción de 7 millones 374 mil pesos—, el monto de recursos presupuestales disponible para la creación de la secretaría de Cultura es el mismo que había al momento en que el Ejecutivo presentó la iniciativa en septiembre pasado.

Incluso señala que en el contexto de dificultades financieras hay que tomar en cuenta que si el CCC tuvo una reducción de casi 15% de su presupuesto, algunas de las secretarías perdieron hasta 25% de su presupuesto total, como fue el caso de la Secretaría de Economía o Turismo , que tuvo un recorte de 14%.

En ese sentido comenta que hay diversas secretarías de Estado, como la de Economía (14 mil 746 mdp), de Turismo (5 mil 211 mdp) e incluso la PGR (16 mil 468.5 mdp), que no alcanzan el monto presupuestal que resulta de la suma del PEF Cultura 2016. “Es donde digo que no sólo es suficiente para la creación de una secretaría de Estado en términos estrictamente presupuestales, sino que es viable una secretaría de Estado del tamaño relativamente medio”.

Adelgazamiento administrativo. Con Villaseñor coincide la anterior presidente de la Comisión de Cultura, la panista Margarita Saldaña, quien señala que uno de los frenos para la creación de la secretaría fue que se argumentaba que una nueva dependencia engrosaría la burocracia cultural y se requeriría mayor presupuesto, sin embargo, dice, logró comprobar que no sólo no sucedería así, sino que incluso se podría aspirar a un adelgazamiento administrativo.

“Los organismos como Conaculta, INBA y el INAH cuentan con oficinas y personal. No habría necesidad de rentar o comprar otro edificio ni contratar más personal. Lo que sí podría ser un escenario posible es que se detectaría la duplicidad de funciones y una de las soluciones sería el adelgazamiento”, comenta.

Sostiene que con la nueva instancia se tendría supervisión de los recursos para cultura que están repartidos en otras secretarías. Y como ejemplo citó: “La Subsecretaría de Prevención del Delito, de la Secretaría de Gobernación, tuvo un presupuesto de más de 400 mdp destinado a la prevención del delito y la recomposición del tejido social a través del arte y la cultura; recursos que al final sólo se triangularon, es decir, fue un dinero que se le dio a una secretaría pero Conaculta tuvo que intervenir para apoyar”.

Por su parte, Mauricio Graciano, coordinador de asesores de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, asegura que desde el aspecto presupuestal no tendría por qué afectar porque es el mismo recurso con el que ya viene trabajando Conaculta.

“Más bien beneficiaría la posibilidad de que el secretario se sentara a negociar su propio presupuesto con el de Hacienda; ahora el presidente del Conaculta tiene que sentarse con el (titular) de Educación Pública para que vaya con el de Hacienda a negociar su presupuesto”, dice Graciano.

El asesor asegura que con la creación de la secretaría de Cultura todos saldrían beneficiados pues evitarían la triangulación. “El presupuesto no sería un problema, al contrario, podría funcionar de mejor manera; no tendría por qué haber ninguna triangulación”, afirma.

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