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abida.ventura@eluniversal.com.mx
Dos años han pasado desde la fallida restauración de El Caballito y, aunque el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, había anunciado en julio que en septiembre comenzaría el proceso de restauración, el equipo de especialistas que colabora en los análisis que permitirán dicha restauración continúa trabajando.
Ese diagnóstico, comentó el restaurador Mauricio Jiménez, quien encabeza al equipo de especialistas, está prácticamente concluido. Lo único que falta, dijo, son un par de estudios que solicitó el Instituto N acional de Antropología e Historia (INAH): unas pruebas electroquímicas y otra de productos de corrosión. “Faltan datos, cruzar la información con los otros equipos, organizar toda la información y sistematizarla”, dijo.
En abril de este año, el Fideicomiso del Centro Histórico presentó al INAH los supuestos resultados del diagnóstico de los daños a la escultura ecuestre de Manuel Tolsá, pero fueron rechazados porque, según argumentó el Instituto, los estudios eran parciales y faltaban datos del análisis.
A esto se sumó que en esas mismas fechas venció la autorización que el Instituto había otorgado al Fideicomiso para la realización del diagnóstico. Por lo que debía presentar un nuevo proyecto de investigación, incluyendo los faltantes y otros análisis que sugirió el mismo INAH.
En septiembre se cumplieron dos años de que el INAH suspendió la intervención que funcionarios del Gobierno del Distrito Federal encomendaron a Javier Marina Othón, quien no contaba con experiencia en restauración, y al usar ácido nítrico para la limpieza daño 50% de la escultura. Hasta hoy, la pieza permanece protegida por andamios, en espera de ser atendida.