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La ambición de los cazatesoros Piotr Koper y Andreas Richter, descubridores del llamado “tren del oro nazi”, presuntamente oculto en un túnel en las inmediaciones de la ciudad polaca de Walbrzych, les propició la expulsión del Grupo de Estudio de Silesia, la sociedad de historia local.
La razón de su destitución es que ambos apasionados de las antigüedades pidieron parte del botín del convoy para revelar su ubicación que, supuestamente, les fue revelada por un ex soldado alemán que presenció el ocultamiento y les dibujó un mapa en su lecho de muerte.
El Grupo de Estudio de Silesia, del que Koper era vicepresidente, es una de las principales sociedades de historia de suroeste de Polonia y ha llevado la batuta en torno a la investigación de la Segunda Guerra Mundial en la región.
En agosto pasado Koper y Richter afirmaron el hallazgo del tren blindado que, de acuerdo con la leyenda urbana, está cargado de oro, joyas y obras de arte. Ante el potencial descubrimiento que significaría de resultar cierta la carga del móvil, ambos cazatesoros pidieron apropiarse del 10 por ciento del botín.
Su presencia en las entrañas de Polonia fue confirmada días después por autoridades, quienes se valieron de un georradar, pero no se ha difundido si se ha explorado la zona subterránea en busca del objetivo.
rqm