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Ningún llamado ni solicitud de autoridad eclesiástica, municipal o comunitaria llegó al INAH requiriendo su intervención por las condiciones de infraestructura en las que se encontraba la capilla del Santo Cristo, en la localidad de Vicente Guerrero, municipio de San Pablo del Monte, Tlaxcala, según respondió a EL UNIVERSAL, Patricia Rosales, encargada de la coordinación de comunicación del INAH.
“El Instituto Nacional de Antropología e Historia nunca recibió petición escrita alguna por parte de las pobladores ni de la mayordomía ni de autoridad alguna del municipio de San Pablo del Monte en Tlaxcala para que el Instituto rescatara la capilla de Santo Cristo”, informó Rosales vía telefónica.
Esto ante el argumento de vecinos de la comunidad de Vicente Guerrero que aseguraron a este diario que derribaron la capilla por el riesgo que representaba para el barrio. “Se mandaron cartas a las autoridades eclesiásticas, del estado y del propio INAH, quienes nunca fueron a revisar el lugar y el riesgo que éste representaba para comunidad”, señalaron vecinos de este barrio católico.
En Tlaxcala existen 368 templos en total, distribuidos en los 60 municipios del estado; han registrado más de 10 mil piezas de arte sacro, desde cuadros e imágenes hasta figuras, retablos y candelabros.
Según las estadísticas realizadas por el propio INAH, justo Tlaxcala, Puebla y el Estado de México son las entidades que presentan los índices más altos de robo de piezas sacras; además de ser entidades con un gran número de recintos sagrados. Desde 2008, el INAH emprendió un catálogo donde tiene registradas las piezas de arte sacro de las tres entidades.
En el caso de Puebla, desde 1999, el Centro INAH, en coordinación con el gobierno del estado, ha llevado registro de los 185 templos ubicados en 35 municipios que están catalogados.
El inventario se hizo en tres etapas: registro de bienes muebles, realización de una carpeta por cada recinto eclesiástico, donde se reuniera la información relacionada con las piezas catalogadas del lugar, y un diagnóstico exterior de templos para la instalación de cámaras, microchips y otros recursos tecnológicos que permitieran prevenir el saqueo.