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La Autoridad de Antiguedades de Israel no tienen dudas: el pequeño objeto de unos 7 centímetros de largo, que fue presentado esta semana a la prensa, totalmente carbonizado, es el testimonio bíblico más importante desde el hallazgo de los Rollos del Mar Muerto.
45 años después de ser hallado en las excavaciones arqueológicas de Ein Gedi, en la sinagoga del lugar, lograron descifrarlo hace tan solo unos días, combinando dos tecnologías de avanzada. Una de ellas, a la que accedieron en Israel, permitió hacer una micro tomografía de lo que resultó ser un rollo de varias capas superpuestas, y la otra, desarrollada en la Universidad de Kentucky, que permitió abrir virtualmente el rollo sin tocarlo, ya de lo contrario, se habría desintegrado.
Todo comenzó en 1970, cuando un equipo de arqueólogos encabezado por el doctor Sefi Porath, excavó en la localidad de Ein Gedi, cercana al Mar Muerto, que se remontaba al período bizantino y había sido quemada en un fuerte incendio cuyas circunstancias exactas nunca se supieron. Los expertos suponen que el incendio fue producto de algún conflicto con las autoridades bizantinas o de un asalto de ladrones beduinos a la zona.
En los trabajos en la sinagoga, los arqueólogos se sorprendieron al hallar, dentro del Arca Sagrada —donde los judíos colocan los libros de la Biblia que son leídos durante los servicios religiosos— varias decenas de objetos carbonizados.
Debido a su ubicación se estimaba que se trataba de restos de Rollos de la Torá (Pentateuco), pero ninguna tecnología lograba solucionar el enigma. Esto, a pesar de que el Laboratorio de Preservación de la Autoridad de Antiguedades de Israel es de alto nivel y usa tecnologías de avanzada para garantizar la vida de los objetos hallados aún en difíciles condiciones.
Hace un año aproximadamente, se entabló contacto con la Compañía de Tecnologías Merkel de Israel que ofreció su ayuda, poniendo a disposición de los arqueólogos uno de sus singulares aparatos, que permite hacer un escaneo que es de hecho una tomografía tridimensional.
El resultado fue enviado al Departamento de Ciencias de la Computación encabezado por el profesor Brent Sales, en la Universidad de Kentucky, que había desarrollado una tecnología que permite abrir el rollo virtualmente sin tocarlo siquiera. La semana pasada llegó la respuesta: “Lo que escanearon y pudimos descifrar por ahora, son los ocho primeros versículos de Levítico”. Se trata de un texto ubicado en una de las capas del rollo incinerado. Dado que se tomó de una capa interior, es posible que el rollo entero incluya la totalidad del Pentateuco.
Además de lo singular de la tecnología de avanzada usada para poder leer un texto quemado hace 1500 años, la importancia del logro radica en que desde los Rollos del Mar Muerto, que tienen 2000 años, hasta el Código de Alepo, que data del siglo X, no se había encontrado ningún texto bíblico escrito. Según las pruebas de Carbono 14 este rollo data del siglo VI.
Todos los involucrados celebran el logro. El profesor Sales, al igual que David Merkel, cuya tecnología permitió hacer el micro CT, contó que tenía 6 años cuando este rollo, hoy en parte descifrado, fue hallado. “Nunca me imaginé tener el honor de que con una tecnología del siglo XXI, esté ayudando a entender algo tan antiguo y clave para la humanidad”.
“Estamos felices”, resumió Pnina Schorr, curadora de los Rollos del Mar Muerto.