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La Orquesta Escuela Carlos Chávez (OECCh) envolverá al público en una atmósfera post romántica con la interpretación de la Sinfonía del Nuevo Mundo, de Antonin Dvořák y Kindertotenlieder (canciones a los niños muertos), de Gustav Malher, durante los conciertos que ofrecerá los días 3 y 4 de junio en el Centro Nacional de las Artes (Cenart).
El Auditorio Blas Galindo será sede de los recitales de la agrupación artística del Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM), donde el público podrá escuchar reminiscencias de los cantos espirituales negros que Dvorak oyó cantar en Nueva York; así como los sentidos lieder alemanes que Malher dedicó a dos de sus hijos, fallecidos con pocos días de diferencia, y que incluyó en Kindertotenlieder.
"La Orquesta Escuela Carlos Chávez es un programa artístico-académico que perfila la formación de jóvenes músicos, quienes dentro de sus quehaceres habituales dentro de la misma agrupación tienen que abordar diversos estilos y estructuras musicales que les permitan desarrollar sus habilidades y competencias musicales al máximo", sostuvo Emilio Aranda, coordinador de los grupos artísticos del SNFM.
Bajo la batuta del director invitado Roberto Renteria Yrene y acompañada por los Solistas del Ensamble Escénico Vocal (EEV) del SNFM, la OECCh interpretará una obra de Malher integrada por un ciclo de lieder que toman su letra de cinco de los 241 poemas de Friederich Rückert en honor a sus hijos fallecidos a consecuencia de fiebres escarlatinas.
En esta obra el glockenspiel -instrumento de percusión idiófono, que consiste en un juego de láminas metálicas afinadas− evoca el toque de difuntos, en el quinto Lied marca el triunfo de la luz sobre la oscuridad.
Compuesta en 1893, durante la estancia de Dvořák en Estados Unidos, la Sinfonía núm. 9 Del Nuevo Mundo será interpretada por la OECCh para cerrar este programa. Esta obra es quizá la más conocida del compositor checo, quien al llegar a Estados Unidos manifestó su interés por la música nativa y los cantos espirituales negros.
sc