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Un escritor judío en la Cuba de los años 30, la lucha contra la dictadura de Gerardo Machado y la resistencia del líder taino Hatuey se mezclan en una singular ópera creada por artistas isleños y estadounidenses que se estrenó en La Habana el fin de semana.
Hatuey, con música del trompetista estadounidense Frank London y libreto de su compatriota, la dramaturga Elise Thorton, fue la apuesta de la compañía isleña Ópera de la Calle con el auspicio del Music-Theatre Group de Nueva York y el Sundance Institute.
Más de 30 actores y músicos desarrollaron la verdadera historia del intelectual judío ucraniano Oscar Pinis (más tarde conocido como Ascher Penn) quien en la década de 1930 viajó a Cuba y escribió un poema épico sobre Hatuey y la resistencia de los pueblos originarios ante la conquista española, enriquecida por la ficción de Thorton a través del supuesto amorío de Pinis con una cantante de cabaret que conspira contra Machado.
"Lo bonito de esto es la comunicación, tratar de dar una perspectiva sobre esta comunidad judía que tuvo una presencia fuerte en Cuba. Me parecía importante mostrar ese agradecimiento por las emigraciones judías que recibió la isla en los 20 y 30", dijo Ruth Behar, una antropóloga de la Universidad de Michigan que se desempeñó como asesora ejecutiva del proyecto.
Ambientada en El Dorado, un típico centro nocturno de la época de Machado, la ópera muestra a Pinis sentado en una mesa escribiendo su famoso poema sobre Hatuey y enamorado de Tínima, la cantante casualmente descendiente del líder taíno que, siguiendo el legado rebelde de sus antepasados, se enfrenta al dictador y los mafiosos que la rodean.
Behar, una judía cubana que emigró de niña a Estados Unidos, fue quien puso en contacto al director Ulises Aquino de la Ópera de la Calle, la más prestigiosa de su género en la nación caribeña, con Thorton y su equipo.
"Esta también es una manera de crear una mejor comunicación. A través del arte a veces nos entendemos mejor que con la política", señaló Behar en relación a la cooperación que se abrió entre la compañía de ópera cubana y artistas y grupos estadounidenses para llevar a buen puerto la iniciativa.
London, ganador de un premio Grammy, y Thorton estuvieron presentes en La Habana.
El resultado fue un espectáculo de luz, color y ritmos cubanos (sones y viejas baladas) matizados con tonadas en yiddish, danza con toques afrocaribeños y el carisma lírico de las voces de los intérpretes. Los papeles principales recayeron en los cantantes líricos cubanos Rasec Peña (Pinis), Yinet Cusido (Tínima) y Yunier Pérez (Hatuey).
"Es una historia épica", comentó Aquino al destacar el valor simbólico que todas estas historias guardan para Cuba. "Nuestro pueblo ha demostrado una resistencia infinita".
Aquino también resaltó el mensaje que la puesta envía a Estados Unidos en momentos en que Washington no termina de definir si le dará o no continuidad al deshielo binacional que comenzó el expresidente Barack Obama.
"Creo que este es un puente de comunicación muy importante en un momento en que no se define hacia donde van nuestras relaciones", comentó Aquino, para quien fue una satisfacción trabajar con artistas estadounidenses. "La cultura es la máxima expresión de la política".
nrv