Zohra, la primera orquesta de mujeres afganas, todas de entre 12 y 18 años, cerrará hoy el Foro Económico Mundial que se ha celebrado durante cuatro días en la estación alpina, con un fuerte mensaje de emancipación para Afganistán y todo el mundo musulmán.
El conjunto tocará para los líderes políticos, económicos y de la sociedad civil reunidos en Davos junto con la orquesta juvenil de Ginebra, en lo que representa una "poderosa reafirmación de la amistad y confianza entre diferentes culturas".
La orquesta abrirá en la localidad suiza una gira de diez días que le llevará a Ginebra y a Zúrich y posteriormente a ciudades alemanas, donde tocarán con músicos locales.
El fundador de la orquesta y responsable del Instituto Nacional de Música de Afganistán, Ahmad Sarmast, explicó en una rueda de prensa que Zohra "no es solo especial para Afganistán, sino también para la región entera y el mundo musulmán también, donde las mujeres y niñas aún afrontan enormes retos y desigualdad".
La idea de la orquesta, que se creó hace dos años y medio, fue de un alumno de Sarmast y en ese periodo corto de tiempo "ha conquistado el mundo con su visión, la valentía de las niñas, el programa innovador", dijo.
El nombre de la orquesta tiene su origen en dos hermanas, Zohra y Najib que "empezaron a hacer música en Afganistán", explicó Zarifa Adiba, una de las integrantes y pieza clave del conjunto.
Zohra también significa en la mitología afgana "diosa de la música, de las artes, de la paciencia y del amor", señaló Sarmast.
"Tocamos para el mundo", señaló Zarifa, quien recalcó que la percepción exterior de Afganistán no es del todo positiva y se piensa inmediatamente en la guerra y en los talibán, pero el país tiene muchas cosas bonitas y mujeres muy fuertes, como las de Zohra y mujeres ciclistas que han sido nominadas para los Premio Nobel".
"Sí, hay guerra, hay cosas malas, hay violencia contra las mujeres, pero hay muchas cosas positivas, y estoy encantada de que tengamos la oportunidad de poder transmitir una imagen positiva al mundo de Afganistán", enfatizó.
La orquesta significa un "logro especial para Afganistán y representa una institución y un modelo para otros afganos y para la emancipación de la mujer y la representación de artistas femeninas en el mundo de la cultura y las artes", recalcó Sarmast.
Para Zarifa el formar parte del conjunto y dirigirlo le ha permitido experimentar "unidad, amor, esperanza y más que nada que uno nunca jamás debe rendirse".
Cada niña de la orquesta tiene su propia historia y para otra de sus integrantes, Negin Khpolwak, "la música es tan importante".
Le fascina Chopin y sueña con interpretar la novena sinfonía de Beethoven, el himno de la alegría.
"Queremos decir a otros países que las mujeres afganas pueden hacer todo y no quedarse únicamente en casa", subrayó.
"Queremos transmitir que queremos libertad para las mujeres en Afganistán y paz", en un país donde la gente "ha sido privada de su voz durante décadas por los talibán", explicó Sarmast.
"Toma tiempo reeducar a la gente e introducirles a nuevos valores", añadió, y reconoció que la creación de la orquesta no ha estados ausente de críticas de parte de la sociedad afgana.
"La gente de a pie nos apoya plenamente. Por supuesto hay críticas de personas con mentalidad talibán, para los que la música y la educación no es para niñas", afirmó.
Para el fundador de Zohra, la orquesta envía no obstante el mensaje de "cómo el arte y la cultura pueden contribuir a la reunificación o reconciliación de Afganistán y cambiar la percepción" del país centroasiático.
La orquesta "enseña tantas buenas cualidades" a jóvenes y "les muestra cómo respetar las diferencias y cómo vivir en paz y armonía", añadió.
Su llamamiento a los líderes del mundo es: "por favor inviertan más en arte, cultura y por supuesto en educación. Es la única forma que tenemos para superar los muchos desafíos que enfrentamos en los países en vía de desarrollo".
sc