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La noche del jueves se presentó en el Auditorio Nacional la gala operística del tenor Javier Camarena, Javier Camarena. Pasión por la ópera, acompañado por la soprano Désirée Rancatore, la mezzo-soprano Tara Erraught, el barítono Armando Piña y la Orquesta Sinfónica de Minería (OSM), dirigida por el director huésped Paolo Bressan.
El programa de la noche integró obras conocidas de Bizet, Strauss, Gounod, Donizzetti, Verdi, entre otros. La OSM comenzó la velada mostrando ser una orquesta en la que pondera la experiencia y el dramatismo. El repertorio lo conformaron piezas conocidas por melómanos y aficionados como La gazza ladra, de Rossini, pieza reconocida por su presencia en el cine y la televisión.
El primero de los cantantes en ocupar el escenario fue Javier Camarena, quien de manera alegre y cálida mantuvo contacto con Bressan logrando que el trabajo de los músicos no fuera sólo un acompañamiento al tenor sino un esfuerzo conjunto que pudiera traer al escenario las pasiones que produce la ópera.
Posteriormente, en las arias de Il barbiere di Siviglia, hicieron aparición la histriónica y emotiva mezzo-soprano Tara Erraught y el joven barítono Armando Piña, quienes con su jovialidad contagiaron a la audiencia de emoción hasta el momento en que Camarena los acompañó para interpretar una pieza divertida y contagiosa de la ópera de Rossini.
La esperada soprano Desiree Rancatore engalanó el Auditorio con una pieza de La Traviata, de Verdi. Aunque las butacas del recinto no estuvieron llenas, los asistentes reconocieron el trabajo de los cuatro intérpretes cuando en conjunto finalizaron la primera mitad del programa y lograron recrear la teatralidad del melodrama Rigoletto.
Algunas de las canciones más ovacionadas fueron los duetos de Rancatore con Erraught, la belleza y solidez de ambas cantantes frente al público lograron cautivar a toda la audiencia. Por otro lado, los duetos masculinos de Camarena y Piña fueron aplaudidos por su potencia y solidez a pesar de las fallas técnicas que presentó el audio del recinto.
Tras tres horas de interpretaciones, la noche culminó con un público alegre y satisfecho por el recorrido que realizaron junto a reconocidos cantantes a través de importantes piezas operísticas. Cada uno de los músicos demostró todo su talento y capacidad en esta gala que logró llevar al Auditorio Nacional a Javier Camarena, uno de los mayores exponentes mexicanos de la ópera a nivel internacional.
nrv