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Lejos de los grandes escenarios, de aquellos tantos que ha conquistado, especialmente en los últimos años, el tenor mexicano Javier Camarena se enfrentó ayer por la tarde a un escenario al aire libre y con un público infantil y familiar mucho más exigente que cayó rendido a sus pies.
“Vivimos en una mundo que va evolucionando a grandes pasos, vemos a nuestros niños que se van sumergiendo en todo este caminar tan rápido de tecnología, es más facil ver a nuestros niños jugar con una tablet, que verlos jgar canicas o matatenas”, señaló el cantante previó a comenzar su concierto en homenaje a Francisco Gabilondo Soler Cri-Cri.
El tenor que ha cautivado al mundo, dijo recordar que en su infancia tenía todos estos discos de Cri-Cri y tan pronto como supo usar el tocadiscos se pasaba horas y horas escuchando todas estas canciones que ahora él ha grabado para todos los mexicanos.
A ritmo de canciones como “La Patita”, “Caminito de la escuela”, “Los tres cochinitos”, “El comal y la olla”, “Ché Araña” y “La muñeca fea”, Javier Camarena logró poner a cantar a grandes y chiquitos en las Áreas verdes del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
Allí dijo que el propósito de este concierto y de este disco que acaba de grabar es “volver a esa parte en la que quiro que apostemos todo por la inteligencia de nuestros niños y apostar por el poder que tienen ellos de imaginar y decrear fantasías en su mente, y dejarse llevar por todos estos mundos fantásticos, estos personajes entrañables que Cri-Cri nos regala en sus canciones”, señaló el tenor durante el concierto que al igual que el disco contó con la dirección de Iván López Reynoso.