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El arte, asegura la violinista Shari Mason, no reconoce género. Sin embargo, al interior de una orquesta sinfónica sigue siendo una realidad que existen prejuicios de hombres hacia mujeres en posición de liderazgo.
Los concertinos son las figuras clave en una orquesta, son líderes de los atrilistas dentro y fuera de los escenarios. En México y en el mundo son pocas las mujeres que han ocupado ese cargo. Mason es concertino de dos de las agrupaciones musicales más importantes del país, la Sinfónica Nacional y la Sinfónica de Minería.
“(En una orquesta) hay comentarios que no le harían a un hombre o prejuicios que no tendrían con un hombre. Tienes que ganarte el respeto de tus colegas y de todas las personas con las que trabajas, de los que vienen como invitados. Sí, a veces hay más retos para una mujer que para un hombre. Sin embargo, en el arte nada es cuestión de género”, opina.
Sin embargo, Mason asegura que el ámbito artístico está siendo, cada vez más, liderado por mujeres.
“Recientemente salió un artículo en Estados Unidos sobre el número de mujeres en una orquesta. Los números han cambiado considerablemente en Estados Unidos y ahora hay muchas más mujeres en las orquestas, incluso en las que había una tradición masculina, como en Viena, aunque ahí sigue siendo muy difícil. El respeto hacia las mujeres es mayor y hay muchas que están creando una carrera maravillosa”, asegura.
La Orquesta Filarmónica de la UNAM está integrada por 106 músicos, sólo 22 son mujeres. Una situación parecida la vive la Sinfónica Nacional, en la que 40% de los atriles es ocupado por mujeres.
Para la secretaria ejecutiva de la OFUNAM, Edith Citlali Morales, es una situación “meramente circunstancial”, pero reconoce que desearía que hubiera más mujeres. “Las mujeres que integran la OFUNAM son grandes concertistas, que sean un número menor al de hombres, creo, es algo circunstancial. Soy mujer y quisiera que hubiera más. Las audiciones son a cortina cerrada y uno no ve quién está tocando, no se sabe si es hombre o mujer. A veces, simplemente, se presentan más hombres. Hace años, en la Filarmónica de Berlín sólo podían audicionar hombres, en la OFUNAM eso no ocurre de ninguna manera. De hecho, en nuestra orquesta habrá dos directoras huésped en la segunda temporada, algo que ciertamente no es muy común”.
La directora de orquesta Gabriela Díaz coincide, el avance es innegable, pero el camino, dice, sigue siendo muy largo.
“Un profesional reconoce el talento, no le importa si en el podio está un hombre o una mujer, pero es verdad que todavía podemos encontrar hombres y mujeres que se resisten al liderazgo de las mujeres”, cuenta.
Y agrega: “El talento, la experiencia, la trayectoria es lo que debe ser tomado en cuenta, pero no podemos negar que hasta hace muy poco la Filarmónica de Viena empezó a aceptar mujeres. Las orquestas habían sido territorio masculino, por eso creo que todavía nos falta mucho más por recorrer”.