Más Información
Magistrada Mónica Soto defiende labor del Tribunal Electoral; sentencias han sido apegadas a la Constitución, afirma
INE analiza propuesta de Taddei para secretaría Ejecutiva; candidata está señalada por malversación de fondos
Grupo Lala anuncia devolución de concesiones de agua en CDMX y Monterrey; “ha puesto el ejemplo”, reconoce Sheinbaum
VIDEO: “Era un líder respetado y amado por sus seguidores”; Madre buscadora pide ayuda a Osiel Cárdenas, presunto narcotraficante
Semar conmemora el 25N con exposición sobre derechos de las mujeres; destacan medidas para prevenir la violencia de género
abida.ventura@eluniversal.com.mx
La icónica columna conocida como "El Paraguas" que engalana el patio principal del Museo Nacional de Antropología se convirtió la noche de este lunes en el escenario ideal para que el afamado músico estadounidense Philip Glass ofreciera una muestra de su talento como pianista y compositor.
Ataviado totalmente de negro, el músico de 78 años, que es conocido por sus composiciones minimalistas y sus colaboraciones en diversas bandas sonoras de películas, fue el primero en aparecer sobre ese escenario de forma circular, que fue colocado en el patio del recinto.
Allí, frente al piano colocado sobre una plataforma que se movía lentamente para que el público pudiera ver desde cualquier ángulo, el músico ejecutó uno de sus temas más conocidos: Metamorphosis 2.
Enseguida, el público —que pagó entre tres y ocho mil pesos para asistir a esta velada organizada por el Patronato del Museo Nacional de Antropología— pudo escuchar once de los 20 Estudios para Piano del músico, una obra que él mismo ha definido como su "autobiografía en el piano".
Esas piezas, que Glass empezó a componer en 1994 y concluyó en 2013, fueron interpretadas por cuatro jóvenes pianistas que han colaborado con el músico en diversas ocasiones.
El primero de ellos fue Aaron Diehl, quien con esa precisión melódica y moderación elegante que le han elogiado los críticos de música, ejecutó tres de esas piezas. Lo mismo hicieron las pianistas Maki Namekawa y Jenny Lin.
Timo Andres, otro de los jóvenes pianistas, interpretó las últimas dos obras que el autor escribió para esta producción que le tomó 20 años de su vida.
Entre aplausos, el músico volvió al escenario para cerrar el recital con Mad Rush, de su álbum Solo piano. Hasta ese momento el público, que al principio tuvo que esperar casi una hora para que el concierto empezara, se puso de pie, aplaudió y ovacionó al músico y a los pianistas que le acompañaron.
En esta velada, que el Patronato organizó con el fin de obtener recursos para los proyectos de conservación, restauración y mantenimiento del recinto y de sus colecciones, estuvieron presentes diversas personalidades, entre ellos el secretario de Turismo, Enrique de la Madrid, y diversos miembros del Patronato, como su presidente ejecutivo, Marcos Fastlicht Sackler.
jlc