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Los instrumentos de la Orquesta Sinfónica de Minería engalanaban el escenario del “Coloso de Reforma”, las luces resplandecían sobre ellos logrando crear grandes destellos, las butacas se encontraban vacías.

Los músicos se apoderaban del lugar poco a poco vestidos de manera casual, pantalones de mezclilla en tonos azules, camisas en colores pastel y tenis eran las principales prendas que portaban. La formalidad no estuvo presente en esta ocasión.

El motivo de la reunión de ayer fue el ensayo general del tenor Plácido Domingo con motivo del concierto que ofrecerá hoy a las 20:30 horas en el Auditorio Nacional y que será la celebración de los 55 años de su primera presentación en México.

Dicho concierto servirá para reponer el que se canceló, debido a problemas de salud de Domingo, el pasado 31 de octubre.

Durante el concierto Plácido Domingo contará con la compañía de la Orquesta Sinfónica de Minería, que tendrá como director invitado al maestro y pianista estadounidense Eugene Kohn, y también compartirá el escenario con la soprano mexicana María Katzavara.

“Aquellos ojos verdes, serenos como un lago, en cuyas quietas aguas un día me miré”, cantaba Plácido Domingo jr, mientras su padre, el gran tenor, se encontraba sentado en una de las butacas observando y escuchando la interpretación.

Varios fotógrafos lo rodearon para poder capturar esa mirada que provoca ver a un hijo cantar sobre uno de los escenarios más importantes de México, lo cual provocó que el tenor se parara de su lugar y subiera hasta la cabina de audio en donde los fotógrafos no tenían acceso.

Cual vigilante rodeaba con la mirada el lugar, atento a los sonidos, a los movimientos, al ir y venir de todas las personas que subían y bajaban del escenario. Dictaba órdenes, marcaba ajustes. Era el centro de atención, las miradas lo seguían, sus movimientos eran dignos de interés, el maestro se encontraba puliendo su fiesta, su gran celebración.

Domingo se plantó en el escenario para cantar, para instruir. A su lado se encontraba María Katzarava, ganadora del concurso Operalia. Ella vestía de negro y portaba un abrigo con estampado animal print de leopardo. Tomados de la mano y con la mirada puesta una sobre la otra comenzaron a cantar, a interpretar. Por unos minutos los murmullos se esfumaron para dar paso a dos grandes voces que en la intimidad del Auditorio enbellecían el paisaje musical.

Rapidamente, la prensa se colocó a los pies del escenario para ver de cerca al cantante que ha inaugurado más temporadas del Metropolitan Opera House de Nueva York, 17 para ser exactos, y que además supera los 100 álbumes y ha grabado más de 50 videos y filmado tres películas.

Domingo y Katzarava interpretaron un fragmento de la ópera La viuda alegre mientras bailaban y reían. El tenor le hacía pacientemente aclaraciones a la cantante, los músicos se mostraban atentos a las palabras de Plácido Domingo.

Al finalizar la interpretación el murmullo regresó. Los músicos hablaban entre ellos para dictarse consejos, opiniones que mejoraran la siguiente melodía.

El tenor se acercó para agradecer a la prensa su presencia y todo el apoyo que ha recibido a lo largo de su carrera. También afirmó sentirse “muy orgulloso” de su hijo y de la oportunidad de cantar junto a él.

Domingo espera que su concierto sea una gran celebración que deje marcada a la gente y lo recuerden como una persona que hizo mucho por la música. Además afirmó que “la música hace feliz a la gente. Tiene el poder de lograr hacer olvidar las penas, nos ayuda en algo, pero no en todo”.

Los boletos para el 31 de octubre son válidos para este fecha.

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