El reconocido violinista Roman Totenberg dejó su adorado Stradivarius en su oficina para ir a saludar a sus seguidores tras un concierto en 1980. Cuando regresó, había desaparecido.

Su funda se encontró más tarde en el sótano de la Longy School of Music de Cambridge, Massachusetts, donde daba clases. Pero Totenberg, que murió hace tres años con 101, nunca volvió a ver el instrumento.

Totenberg pensaba que sabía quién había robado el violín, pero nunca hubo pruebas suficientes para presentar cargos.

La búsqueda quedó paralizada hasta este junio, cuando su hija mayor, Nina Totenberg, recibió una llamada telefónica de un agente del FBI,

El agente le dijo que estaba mirando al violín, que estaba bajo custodia federal.

"En ese momento casi no podía creerlo", contó Nina Totenberg, corresponsal de asuntos legales en NPR, en una entrevista exclusiva el miércoles. "Dije 'Tengo que llamar a mis hermanas. Les diré que no guarden esperanzas', pero él me contestó 'No tiene que hacerlo. Este es el violin'''.

El instrumento, conocido como Ames Stradivarius, fue elaborado en Italia en 1734 por el lutier Antonio Stradivari y es uno de los pocos cientos de Stradivarius que existen. Pueden alcanzar precios millonarios en las subastas, como el más caro de la historia que se vendió por 15.9 millones en 2011.

La fiscalía federal en Nueva York tenía previsto anunciar los detalles de la recuperación en una rueda de prensa el jueves.

Nina Totenberg dijo que el violín reapareció en junio cuando una mujer lo llevó a tasar en Nueva York y el tasador contactó inmediatamente con las autoridades. La mujer es la ex esposa de Philip S. Johnson, que falleció en California en 2011. Declinó realizar comentarios y pidió que su nombre no fuese publicado. No ha sido acusada de ningún delito.

El obituario de Johnson le describió como "un destacado violinista de 40 años" pero no especificó donde o para quién había tocado. Totenberg dijo que era un aspirante a violinista que fue visto alrededor de la oficina de su padre en el momento del robo.

Totenberg dijo que ante la falta de pruebas la policía no pudo obtener una orden para buscar el Stradivarius.

"Antes no se pudo hacer nada, siguió adelante (el padre), compró otro violín y vivió el resto de su vida", agregó.

Niño prodigio en su Polonia natal, Roman Totenberg compró el Stradivarius en 1943 por 15 mil dólares de la época —más de 200 mil dólares actuales— y fue el único instrumento que tocó hasta su robo. Siguió actuando hasta pasados los noventa años e impartió clase en la Universidad de Boston hasta su muerte.

"Esta pérdida fue para mi padre, como él dijo como ocurrió, como perder un brazo", dijo su hija Jill Totenberg, que trabaja como ejecutiva de relaciones públicas en Nueva York. "Recuperarlo tres años después de su muerte es para nosotros como volver a tenerlo vivo".

Imposible vender en el mercado negro

La historia del robo no es algo extraño en los Stradivarius, que son virtualmente imposibles de vender en el mercado negro, dijo David Schoenbaum, un profesor de historia retirado y experto en violines que escribió un libro llamado The Violin.

"Estas cosas son muy valiosas, y muy atractivos, tentadores para el robo, y hay casos conocidos de violines que fueron robados y siguieron desaparecidos durante muchos años", explicó Schoenbaum. "Es terriblemente difícil deshacerse de uno. Todo el mundo te sigue, y si vas a una casa de empeños obtendrás 35 dólares. Tienes que llevarlo a un vendedor y el vendedor llamaría de inmediato a la policía".

Otro famoso Stradivarius, el Gibson, fue sustraído en 1936, y el ladrón, un músico corriente confesó los hechos en su lecho de muerte en 1985. Ahora está en manos del violinista Joshua Bell.

Un Stradivarius que pertenecía a Erika Morini fue robado de su apartamento en 1995 por alguien que tenía la llave del armario donde lo guardaba. Nadie le habló sobre el robo antes de su fallecimiento semanas más tarde. El instrumento no ha aparecido.

El Stradivarius Ames está desgastado por el uso, lo que indica que no se mantuvo de forma profesional, pero en general está en bastante buen estado, un indicio de que no se tocó demasiado, dijo Nina Totenberg.

Los fiscales no tienen previsto presentar cargos contra nadie en relación con el robo, agregó Totenberg, y el violín será devuelto a la familia. Tienen previsto venderlo, pero no a un coleccionista, explicó.

"Estoy contenta porque el violín, una vez sea restaurado, pueda volver a manos de otro gran artista", dijo "y que su preciosa voz pueda escucharse en salas de conciertos en todo el país".

sc

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