Corcholatas, botones, llaves, monedas diversas y lámina de calderas reproducen un saxofón; hojalata, madera y cuerdas de alambre y un tenedor al violín; un garrafón de plástico las percusiones, mucha creatividad y amor por la música dan vida a la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Asunción, Paraguay, que dirige Fabio Sánchez.
De visita en México para participar en las actividades del primer Festival Internacional de Música y Arte Informal, que arrancó la víspera, Sánchez habló de su proyecto iniciado hace 10 años en el vertedero de basura de Cateura, de la capital paraguaya.
Allí, donde hoy tiene más de 200 alumnos de música que practican, ejecutan y dan conciertos por el mundo con instrumentos hechos de residuo.
Entrevistado en la Plaza de la Danza, del Centro Nacional de las Artes (Cenart), el técnico ambientalista y músico recordó que su idea inició con la inquietud de apoyar a los niños de esa comunidad, para que tuvieran una oportunidad de aprender música.
"Dado que la comunidad tenía una capacidad instalada para crear casas, muebles y juguetes de reciclados, entonces pensamos, por qué no instrumentos musicales", expresó.
Comenzaron haciendo violines, violas, chelos, contrabajos y luego instrumentos más complejos como las flautas; formaron una orquesta y desarrollaron un proceso de educación musical, como funciona un conservatorio pero con instrumentos reciclados.
Pero no basta ser ambientalista, tener amor por la música e interesarse en una comunidad marginada, pero en su caso, agregó Chávez, se dieron varias circunstancias.
"Primero, que tenemos amigos que construyen instrumentos formales que nos apoyaron en la construcción de los nuestros", recurriendo al pasado simple que tiene cada instrumento y lo fuimos replicando en basura; desde luego con el ensayo y error, la fidelidad ha ido mejorando", explicó.
"Comencé con 10 niños y hoy son 200, tenemos la escuela de música con un local propio que hemos comprado con nuestros recursos, ha sido un proceso desafiante, pero muy satisfactorio -dijo- porque tenemos un acento muy importante en lo social, al trabajar en una comunidad con fuertes problemas sociales de los que no pueden aislarse".
Por ejemplo, añadió, acaban de tocar en Londres, pero aquí llegó solo porque en la comunidad hubo una inundación y las familias deben preocuparse en esta situación, "pues aunque demos conciertos por todo el mundo, la realidad de la comunidad sigue siendo muy dura".
Sobre cuáles son los planes a mediano plazo, el músico comentó que desean formalizar la experiencia, de hecho, abundó, ya han contratado profesores y sumado a gente que está haciendo donación de instrumentos, de modo que los niños y jóvenes que así lo deseen puedan estudiar música en forma, como en cualquier conservatorio.
Ahorita, abundó, "lo que hacemos es enseñar música de cualquier manera, en cualquier lugar y con cualquier cosa, hoy es la basura porque la comunidad está a un lado del vertedero de la ciudad, si hubiera sido un bosque los instrumentos habrían sido de madera".
Chávez, quien se siente orgulloso de lo que al momento ha logrado con este proyecto que es autosustentable, acotó que el no recibir apoyos gubernamentales, ha sido, en cierta forma, una suerte, pues los ha obligado a luchar con sus propios medios y creatividad para alcanzar lo que ahora tienen, e insertarse en un movimiento que abarca ya varios países.
Entre ellos México, donde se realiza este primer encuentro internacional de Música y Arte Informal, que agrupa a músicos capitalinos y del interior del país, pero también de Colombia, Paraguay y España.
"Para nosotros es importante participar, pues es un intercambio de experiencias que nos enriquece, que nos permite a todos seguir creciendo, algunos con fines ambientalistas y/o sociales, y algunos más simplemente por amor a la música", concluyó.
rqm