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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
Este 2017, la Red Nacional de Librerías Educal celebró 35 años de trabajo convertida en la más amplia cadena distribuidora y comercializadora de libro en México, con 90 puntos de venta ubicados en ciudades y municipios de las 32 entidades del país, una flotilla de 12 librobuses que recorre 450 municipios al año y un padrón de cerca de 900 proveedores de materiales bibliográficos y productos culturales. Pero es también una empresa del gobierno que no alcanza a ser un buen negocio.
Contar con al menos una librería o punto de venta en todos los estados de la República y en muchos casos ser la única librería del lugar, es una característica que celebra el director general de las librerías Educal, Gerardo Jaramillo, quien en entrevista con EL UNIVERSAL define esa característica como un principio de vocación social, y por eso no duda en reconocer que esta red no es un negocio “si por negocio hablamos de ganancias”.
“No, Educal no tiene ganancias, tiene costos de operación y pago de servicios y tiene un presupuesto asignado que ha ido un poco a la baja en este año, pero que esperamos que el próximo año podamos revertirlo y operar mejor”, señala el funcionario y precisa que por ser una empresa S.A de C.V “no tenemos utilidades”.
Educal tiene en este 2017 un presupuesto asignado de 35 millones de pesos, cifra muy menor a la que mantuvo hasta 2016, de alrededor de 51 millones de pesos. En los últimos años, ha tenido ventas por 160 millones de pesos pero no significan ganancias. “Generamos como 160 millones vía nuestras ventas, y de esas ventas más menos la mitad se va a pago de los editores”, y el resto, a pago de los 525 trabajadores que laboran en esta sociedad anónima de capital variable que nació en 1982.
Jaramillo reitera el principio de vocación social de Educal: dice que es poner una librería donde comercialmente un empresario no la pondría. Afirma que su labor social consiste en tratar de hacer pie de playa, tratar de iniciar un movimiento librero y tener un sano desarrollo de la actividad editorial, industrial y comercial de esa entidad.
“Sí nos interesa vender por supuesto, de eso vivimos, pero nos interesa intentar ese equilibrio de bibliodiversidad, de oferta cultural, artística, de novedades editoriales, de firmas importantes, de las chicas y de las grandes, tratando de tomar las mejores decisiones y cada librería tiene su público, no podemos estandarizar”, afirma.
Equilibrio comercial y social. Gerardo Jaramillo dirige la Red Nacional de Librerías Educal desde el 1 de marzo de 2013. En los más de cuatro años al frente de esa entidad del Estado ha refrendado la necesidad de un equilibro entre lo comercial pero sin dejar de tener como eje lo social, pues asegura que la vocación social es activo y beneficio. Argumenta que si Educal tuviera sólo un planteamiento empresarial habría muchos puntos de venta que quizás habrían cerrado hace mucho tiempo.
“Al ser una institución que tiene una vocación social privilegia el servicio, privilegia el intento máximo de hacer posible que eso siga funcionando, por eso somos la única librería en Tlaxcala, la única en Huamantla, la única en Tapachula, la única en Tlalnepantla, la única en Iztapalapa, la única que está en Venustiano Carranza”, afirma.
Jaramillo reitera que como institución tienen un compromiso cultural, educativo y social, pero como empresa deben tener la mejor optimización de los recursos.
“Tenemos una lista como de 25 librerías que tienen un buen comportamiento, que se han consolidado en las comunidades, que están muy bien y que mantienen sus estándares de servicio, venta y calidad”. Luego tienen otras 25 librerías con resultados fluctuantes, y esto tiene que ver con los lugares en los que están: museos, casas de cultura, recintos municipales.
“Luego tenemos una serie de librerías que por las condiciones sociales, culturales, económicas, de desarrollo educativo, cultural, de servicios y demás, tienen un mal comportamiento comercial, pero son fundamentales culturalmente”, dice Jaramillo y de inmediato enfatiza que por eso refuerzan algunos de esos espacios o los cambian de lugar como sucedió con las librerías en Tapachula, y la Ecatepec, que reabrirá mañana en Tlalnepantla.
“En esta administración hemos intervenido más de 30 librerías de las 90 que cuenta la red, dándole una manita de gato para que la gente se sienta cómoda, para que la vuelva a adoptar, entre ellas la Vasconcelos, la de la Alhóndiga de Granaditas, casi todas las de Michoacán, y casi todas las del Centro de la República”, señala Jaramillo.
Apuesta digital. En esta administración, Educal impulsa lo digital. Echaron a andar una librería digital en 2014 que hoy tiene más de 120 mil libros en línea para que los lectores los puedan descargar. “Seguimos vendiendo más libro físico en librería virtual que el electrónico”, dice Jaramillo.
A la par, colaboran con la Dirección General de Bibliotecas en el proyecto Digitalee, donde desarrollan la plataforma para las más de 10 mil licencias que la DGB ha adquirido. “Ellos escogen los materiales, y hay un promedio de 12 mil usuarios inscritos que están permanentemente usando la plataforma”. Esos dos proyectos más la revista cultural El correo del libro en honor a El Correo del libro, que es el antecedente de Educal, complementan su labor de fomento a la lectura y el libro.
Un proyecto más en su vocación social son los librobuses. “Es un proyecto igual que las ferias del libro en donde Educal es deficitario porque cuesta más atenderlo que lo que produce vía ventas pero seguimos haciendo ese esfuerzo porque es la parte social”, afirma Gerardo Jaramillo, quien celebra los 450 municipios, que en promedio, recorren al año estas librerías móviles.
“Vamos a la montaña de Guerrero y a las zonas más difíciles y vamos a los lugares donde tratamos de compensar vendiendo libros. Llevamos libro económico, libro de rápido desplazamiento, libro infantil. Hemos estado en coordinación con Imcine y con otras instituciones haciendo caravanas por Michoacán, por Guerrero, no los han solicitado en delegaciones en lugares donde no hay librerías, hemos recorrido el norte y el sureste”, dice Jaramillo quien asegura que nunca han tenido ningún problema de violencia ni de agresión al recorrer el país.
Educal cerrará con dos nuevos proyectos el año. Uno tiene que ver con el lanzamiento de un proyecto piloto con 15 librerías que han perfilado como librerías de bajo costo. “Vamos a tratar de orientar su oferta editorial manteniendo las novedades editoriales en un 30% y teniendo un 70% de material de bajo costo. No quiere decir saldos, sino libro económico, libro, accesible que a lo mejor las editoriales lo tienen embodegado, y nosotros le vamos a dar nueva vida. Hay que volverlo a exhibir. Esa la labor de estructuras como Educal volver a circular libros que no circulan fácilmente”.
El otro proyecto podría arrancar en septiembre y lo emprenderán con una cadena de librerías privadas con presencia en distintas ciudades del país. Allí van a exhibir, en espacios específicos, mucho material que Educal tiene pero que salió de circulación pronto por la voracidad del mercado.
“El servicio de distribución que da Educal es un servicio de mandar libros a Tapachula y a Tijuana y todos los lugares donde están nuestros 90 puntos de venta, pero eso tiene un costo, un editor chico que empieza no tendría el dinero para hacer esos envíos, nosotros lo absorbemos, por eso siempre hemos solicitado un mayor apoyo presupuestal ante los legisladores tratando de dar estos argumentos. Necesitamos recursos para que podamos seguir manteniendo esta vocación social; recibimos apoyo de parte de la Secretaría de Cultura evidentemente, pero el compromiso social de Educal tiene que ser atendido vía presupuesto”, concluye Gerardo Jaramillo.