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“El maestro Sergio Pitol es, sin duda, el más distinguido de nuestros académicos”. Con esa frase comienza el comunicado que ayer emitió la Universidad Veracruzana, dos días después de que EL UNIVERSAL le solicitó una entrevista a la rectora de esa casa de estudios, la doctora Sara Ladrón de Guevara, o que, al menos, la Universidad ofreciera un pronunciamiento sobre el estado y su responsabilidad con Sergio Pitol, quien no sólo está ligado a ella a través del cariño, sino mediante dos colecciones editoriales a su cargo: Sergio Pitol traductor y Biblioteca del Universitario.
En un comunicado emitido ayer y firmado por la rectora, la doctora Sara Ladrón de Guevara, se señala que el respeto y afecto que los miembros y autoridades de la Universidad Veracruzana tienen con el premio Cervantes 2005 les exige ser mesurados ante la información mediática acerca de su estado legal y de salud.
“Hemos procurado discreción sobre sus datos personales y lo seguiremos haciendo”, afirma el texto en el que la Universidad señala que desde 2015 el DIF es custodio de la salud y atención del autor de El arte de la fuga y Domar a la divina garza.
El comunicado indica que la situación laboral del escritor Sergio Pitol no se ha modificado en la Universidad Veracruzana. “Sus pagos son puntualmente cobrados por su custodio y sus derechos de servicio de salud están vigentes. Las colecciones que él dirige tienen todavía títulos por salir que él mismo diseñó.”
También la Universidad asegura que “el pago por regalías de traducción no pueden ser entregados mientras persista un litigio y en tanto no haya orden judicial al respecto”.
Cabe recordar que, desde los años 60, Sergio Pitol tiene una relación filial con la Universidad Veracruzana, al grado de que la considera su alma mater; y es tal su cariño que en agosto de 2003, durante su discurso de recepción del Doctorado Honoris Causa de esa casa de estudios, manifestó su deseo de que a su muerte, los libros de su biblioteca personal pasen a la UV: “Quisiera que esos libros ayudaran a otros más, los alumnos, los maestros y los investigadores de la Universidad Veracruzana. Si la Universidad consiente, la biblioteca sería donada a mi muerte”.
Por ello, en el mismo documento emitido ayer por la Universidad, además se menciona dicha voluntad manifestada por el maestro Pitol de legar su biblioteca.
“Por respeto, no consideramos prudente inventariar sus bienes mientras gozamos de la vida del maestro”, señala la Universidad y remata con la frase: “Deseamos a nuestro querido don Sergio Pitol larga vida en salud y con calidad”.
La visita. También ayer, el editor, escritor y crítico Rodolfo Mendoza pudo ver a su amigo Sergio Pitol. “Me fue permitido visitarlo después de meses de que me fue negado verlo y tener al menos información de su estado de salud. Verlo me hizo el día. Estaba dormido, pero le vi un buen color de piel, con enfermeros que están al tanto de él, se ve que está bien cuidado. No sé por qué se habían negado a que lo vieramos los amigos”, dice Mendoza.