Más Información
“No somos menos, somos iguales”; Claudia Sheinbaum reconoce que agresiones a mujeres son por discriminación
Violencia contra las mujeres no debe frenarnos: María Elena Ríos; llama a legisladoras a reformar leyes para evitar feminicidios
INE arranca proceso electoral extraordinario en municipios de Tlaxcala y Yucatán; esperan participación activa
Se han registrado más de 9 mil jóvenes para participar en elección judicial: Sheinbaum; "aquí no se raja nadie", dice
Caen cinco narcomenudistas en cateos de Marina y Ejército en Iztapalapa; aseguran 170 bolsas de cocaína
rechazó los honores y cargos que le ofreció el Gobierno paraguayo y optó por una vida austera y tranquila para ser libre y "poder decir siempre lo que pensaba", una actitud que mantuvo hasta su muerte, señala su hija mayor Mirta Roa Mascheroni .
Tras la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), contra la que Roa Bastos luchó desde su exilio, al escritor le ofrecieron puestos de importancia, pero los rechazó siempre para no cejar en sus críticas contra el autoritarismo y su defensa de los derechos humanos y evitar además convertirse en un personaje famoso por encima de un escritor.
"Es peligroso cuando las obras de un escritor comienzan a ser famosas". Un pensamiento de Roa Bastos que le llevó a mantener siempre un "perfil bajo y modesto" porque tenía mucho miedo a caer en esa espiral de fama, poder y dinero, recuerda Roa Mascheroni en una entrevista con Efe.
Nacida del primer matrimonio del escritor con Lidia Mascheroni -fallecida la semana pasada-, Mirta es directora de la Fundación Roa Bastos y participa hoy en una mesa redonda organizada por la Casa América de Madrid con motivo del centenario del nacimiento del escritor (1817-2005).
"Yo el supremo, el libro que describe los pueblos" es el título de la mesa redonda, en la que participan además el presidente de la Fundación Roa Bastos, Antonio Carmona ; el poeta y escritor Rafael Soler Medem , o la directora del Centro Cultural de la República "El Cabildo", Margarita Morselli .
Un acto que se inscribe en la multitud de citas organizadas en torno a este centenario y que han hecho que la obra de Roa Bastos haya vuelto a ser objeto de debate o estudio en lugares como Tokio, Marruecos, Buenos Aires, Montevideo, Lisboa, Egipto o Serbia.
Aunque el grueso de las celebraciones se desarrolla en Paraguay, la organización de actos en tantos países diferentes demuestran la vigencia de la obra de un autor "que trabajó mucho sobre sí mismo, sobre su carácter y su literatura".
"Siempre recibo comentarios sobre el carácter afable, modesto y humilde de Roa, pero no saben lo que le costaba", asegura su hija, que recuerda una frase muy repetida por su padre: "A mí me sobra carácter por todos lados".
Esto le llevó a controlarse mucho con un "rigor y perseverancia" que aplicó a todos los aspectos de su vida. A la literatura, que consideraba era obra de los pueblos porque servía para hacerles hablar; a su posicionamiento político, que le llevó al exilio o a una defensa de la cultura y de la identidad de cada nación.
Roa Bastos no cambió en toda su vida pese al éxito de una obra rica y compleja y buscó siempre "la equidad, el respeto por las diferencias y por nuestro sistema ecológico, por la gente y su idiosincrasia, por las tradiciones que mantienen la identidad de los pueblos".
Y lo hizo incluso desde un exilio al que estaba agradecido porque le hizo más universal y le permitió poder mirar a Paraguay desde otro punto de vista, recuerda su hija.
Una figura más reconocida en el extranjero que en su propio país y que se reivindica a través de actos como el de hoy en Casa América, en el que Roa Mascheroni quiere demostrar que más allá de la dificultad de "Yo, el supremo", su obra cumbre, Roa Bastos tiene muchos más textos accesibles para todos los públicos.
Especialmente, agrega, los cuentos en los que plasma un pensamiento "del que los paraguayos tienen que sentirse orgullosos".
"Necesitamos que se le dé más valor al valor intrínseco y no al dinero o al poder", asegura Roa Mascheroni, que recoge así la principal obsesión de su padre, que se puede ver en novelas como Hijo de hombre o en recopilatorios de cuentos como "El trueno entre las hojas".
Con ese objetivo trabajan desde la Fundación Roa Bastos, que se dedica a cuidar el legado del escritor y a recuperar textos inéditos o perdidos, desechados en algún momento u ocultos en el ordenador que utilizaba en sus últimos años y en el que grababa sus textos, cada vez en una ubicación y de una forma diferente.
Roa Mascheroni también trabaja en la elaboración de una autobiografía de su padre, elaborada a través de sus obras, de las cartas que escribía a sus seres queridos o de las entrevistas que le realizaron. Además de trasladar sus novelas al cómic, un antiguo sueño de su padre.
nrv