Stieg Larsson imaginó a Lisbeth Salander como 'hacker' tatuada que regresa de los infiernos para castigar a sus verdugos: en la quinta parte de la saga Millennium, David Lagercrantz la encarcela, una forma de conjurar el espectro de su creador.

El manuscrito de El hombre que perseguía su sombra fue entregado a principios de año a la editorial sueca Norstedts para una publicación prevista el 7 de septiembre en 26 países, entre ellos Estados Unidos, Francia, Alemania y Gran Bretaña.

"Espero el huracán del otoño (boreal)", confió David Lagercrantz en su departamento de Estocolmo.

Este acontecimiento mundial organizado milimétricamente avanza en total secreto, a la altura de lo que está en juego financieramente: el opus anterior (Lo que no te mata te hace más fuerte), escrito también por Lagercrantz, alcanzó las seis millones de ejemplares vendidos en 47 países. Los tres primeros tomos, escritos por Stieg Larsson, alcanzaron los 80 millones de volúmenes en 50 países.

Emotivo, ciclotímico, generando tanta fascinación como hartazgo, Lagercrantz espera alternando los humores: aliviado por haber entregado el manuscrito, pero aterrorizado por la crítica, debido a que algunos no le perdonan el haber continuado la trilogía de Larsson, fallecido en 2004.

"Hay muchos traductores que acaban de recibir el manuscrito enviado en un archivo encriptado, de manera muy secreta. Empezamos a tener respuestas sobre el libro (...) parece prometedor", dice.

La historia

Sobre la intriga no se sabe casi nada. Como en el anterior opus, las informaciones se filtran a cuentagotas.

"Todo lo que puedo decir es que empecé poniéndola en la cárcel, en la peor cárcel para mujeres, en donde tiene rápidamente bastantes problemas", cuenta Lagercrantz. Junto a Lisbeth los lectores tendrán a Mikael Blomqvist, brillante periodista de investigación.

Volver a darle vida a esta joven con un pasado complicado es un rompecabezas para Lagercrantz, que habría elegido una heroína con otro perfil, "más suave, más gentil, más delicada y más sensible que la de Stieg Larsson".

Pero no baja los brazos. "La personalidad de Lisbeth, su carácter icónico, necesitan problemas. Es evidente que debo darle muchos problemas. Y tiene también una personalidad que se ve favorecida cuando se la coloca en posición de inferioridad", asegura.

Es, afirmó, lo que el lector encontrará en El hombre que perseguía su sombra, el penúltimo libro que dedicará a la serie creada por Stieg Larsson, militante trotskista de origen obrero nacido en el gran norte sueco.

Una persona en las antípodas de Lagercrantz, gran burgués de Estocolmo, atormentado por el deseo de obtener el reconocimiento de su padre, escritor y periodista ya fallecido.

Lagercrantz se hizo famoso a los 49 años con la autobiografía del futbolista Zlatan Ibrahimovic, y aceptó con entusiasmo calzar "el traje" de Stieg Larsson, fallecido por una crisis cardíaca en 2004, luego de entregar a la editora Norstedts los manuscritos de su trilogía (Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire).

Tras la muerte de Larsson, Norstedts decidió, con el acuerdo de sus herederos, su padre y su hermano, no detenerse en la trilogía. Por lo que con el autor muerto, salieron en búsqueda de otro.

El editor se detiene en una 'estrella' de los libros que, con este quinto tomo, espera convencer nuevamente a los que denigran la iniciativa.

Eva Gabrielsson, la compañera de Stieg Larsson, excluida de la herencia ya que no estaban casados, denunció desde el principio el proyecto comercial.

"Su odio es la única sombra del cuadro, el proyecto está lleno de alegrías", lamenta Lagercrantz.

"Cuando pienso en la obra de Stieg Larsson sé ahora, con todas la cartas en la mano, que es un bien para él, ya que una nueva generación descubrió sus libros y (...) sobre todo sus personajes", insiste.

"No vamos a poder matar a Lisbeth Salander. Es un personaje que se metió en nuestros corazones y nuestras almas", sonríe, como si este padre putativo no quisiera abandonarla.

¿Y luego del tomo 6? "Pasaré a otra cosa", asegura el escritor.

sc

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