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Eterno candidato al Nobel de Literatura, el escritor keniano Ngugi Wa Thiong'o, que escribe sus novelas en su lengua materna, el gikuyu, dijo en Barcelona que "no hay ninguna lengua superior a otra, todas las lenguas son capaces de crear una gran literatura".
Thiong'o, cuya obra está atravesada por la idea de la construcción de la identidad a través de la lengua, señaló que "ninguna lengua, ni el castellano, ni el francés ni el inglés, puede crear una universalidad mayor en la literatura que lenguas como el suajili, el japonés, el zulú o el gikuyu".
Invitado por el PEN catalán, Thiong'o divide las lenguas en dos categorías: "las que marginan y las que están marginadas, que no quiere decir que sean marginales", y concreta que "una lengua que margina en una situación concreta puede ser la marginada si esta situación cambia".
En Kenia, sostiene, "el inglés es la lengua de poder, la que se utiliza en la educación, en la administración, en el comercio; el suajili es la lingua franca, pero la mayoría de lenguas africanas kenianas no son lenguas de poder".
A su juicio, hay además un entramado que ayuda más a la prominencia del inglés, como el sistema editorial, que prefiere publicar libros escritos en ese idioma. "Tengo la sensación de estar en una lucha en la que somos hormigas que empujan toda una montaña", ejemplificó.
En sus viajes por el mundo, ha podido comprobar que la situación del gikuyu no es exclusiva de África, sino que hay "un patrón común", y por eso se pueden identificar con lo que explica de su país un maorí de Nueva Zelanda, un lapón en Noruega o un indio de Norteamérica.
Admite el autor de El diablo en la cruz o Un grano de trigo que la dominación de las lenguas se basa también en una "relación de poder basada en el desequilibrio en el que la lengua dominada se asocia a valores negativos como la violencia o la humillación, y es así como al final los padres acaban educando a sus hijos en la lengua dominante, en el caso africano en inglés o francés".
Preguntado por el último Nobel cuando parecía que iba a recibir el reconocimiento de la Academia sueca, Thiong'o cree que Bob Dylan es "un gran músico" y no tiene problema en que se le dé un premio como músico o por sus palabras" y añade: "En la antigüedad la poesía se cantaba y la canción forma parte de la tradición poética".
Aunque finalmente no obtuviera el galardón, se siente halagado por que "tanta gente en el mundo que crea que merecería el Nobel o cualquier otro premio", si bien el premio serviría para "apoyar muchas lenguas africanas y su literatura escrita y sería un revulsivo para tantas lenguas que sufren agresión de lenguas dominantes".
En el mundo moderno, "el progreso no es igualitario en absoluto y el monolingüismo es el dióxido de carbono de las culturas, mientras que el plurilingüismo es el oxígeno".
Thiong'o, que vive actualmente en California, siente fascinación por el tema de la globalización, cuya esencia máxima es "la libertad de movimiento de los capitales, pero luego hay barreras que se aplican a las personas, a la mano de obra; y si la globalización fuera democrática habría libertad de movimientos para los capitales y para las personas".
nrv