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El escritor mexicano Antonio Ortuño, declarado hoy ganador del V Premio Ribera del Duero por su obra La vaga ambición, afirmó que este libro es “singular” y sigue una línea con la que evita repetirse en cada una de sus producciones.
En entrevista con Notimex con motivo del anuncio de premio de narrativa breve que convoca la Denominación de Origen del Vino Ribera del Duero y la Editorial Páginas de Espuma, expuso que en este libro vuelca “experiencia personal, vivencias, pero principalmente literatura y ficción”.
El autor (Zapopan, Jalisco, México, 1976) crea en estos seis cuentos al escritor Arturo Murray, “que es un personaje quejoso que sufre, tiene momentos amargos, absurdos, ridículos, pero también algunas alegrías y hasta venganzas minúsculas en el quehacer literario”.
“Es un juego asumir la vida personal, las desgracias, las humillaciones, los pequeños triunfos que tiene un escritor como materia de algo que no trata de ser confesional, sino construir un texto literario, que reflexione sobre parte de este trabajo”, apuntó.
Recalcó que con "Murray" sigue ciertos juegos autobiográficos de Jorge Ibargüengoitia, Salvador Elizondo, Gerald Durrell, Ana García Bergua, “que han puesto sus recursos para convertir su experiencia personal en ficción”.
“Muchos lectores ajenos a esto creen que un autor solo imagina, y sí lo hace pero también reflexiona y se remite a sus experiencias personales. Se cree que solo vive de inspiración y lo sublime, cuando para sobrevivir tiene mucho de peregrinaje y hostilidades como otras actividades”, dijo.
El autor de otras obras como Recursos humanos (2007) reiteró que en este caso “los ejercicios de mejoría los tenía claros como episodios de ficción: son hechos transformados, deformados, matizados, convertidos en literatura y ficción”.
“Una cosa que disfruté con este libro es que no se parece a los demás libros que he escrito, es muy singular; a partir de Ánima (2011), he intentado cambiar de coordenada, de posturas literarias, reinventarme en cada trabajo”, señaló.
“Para mí es fundamental no repetirme, y es esencial que no sea predecible lo siguiente que escribiré, no me gustan las etiquetas. La gracia de la literatura es también que permite repensar y poner en perspectiva diferente a las etiquetas fáciles”, aseveró.
Recordó que entre su producción hay novela juvenil, infantil, cuentos y novelas, y algunas de sus obras reflejan la problemática política y social de México.
Comentó que La vaga ambición la escribió durante mucho tiempo, e incluso alguno de sus relatos los hizo en el momento en que preparaba La fila india (2013) o Méjico (2015), que hablan de otras temas de problemas sociales y políticos del país.
“En mi caso escribo mucho, siempre estoy en cuatro o cinco proyectos a veces a la vez; dejo uno y empiezo otro. Esa forma me permite no hastiarme de un proyecto, sino dejarlo respirar e interesarme por otra cosa y una cosa que disfruté en este libro es eso”, abundó.
Agregó que tras La vaga ambición, trabaja en una obra sobre la desaparición de personas, que considera uno de los graves problemas actuales de América Latina, y que quiere trabajar una visión literaria de ese tema.
nrv