El escritor que, con su trabajo y personalidad, se convirtió en una figura moral de la sociedad mexicana y sus investigaciones sobre los feminicidios en Ciudad Juárez que fueron publicadas en el libro Huesos en el desierto, fueron indispensables y valientes por búsqueda de la verdad; coincidieron los escritores Mauricio Montiel y Christopher Domínguez Michael.


En el marco de la Fiesta del Libro y la Rosa, que se lleva a cabo en el Centro Cultural Universitario a partir de hoy y hasta el domingo 23 de abril, se ofreció un homenaje al escritor fallecido el lunes 3 de abril a los 67 años de edad.


"Nos hará falta su compromiso moral, en el sentido más hermoso de la palabra, por encontrar la verdad de las cosas. Sergio fue un hombre que tenía horror de la muerte, no sólo de la muerte violenta que hubo en la ciudad fronteriza y luego en todo el país, sino también la de las personas que eran poco cercanas a él. Fue un hombre hipersensible a la muerte", indicó Domínguez.


El crítico literario añadió que fue muy valiente el trabajo del escritor. "Sergio heredó de la integridad moral de la búsqueda de la verdad, aun cuando los medios fueron discutibles para llegar a ella. Fue un hombre que se hizo de un lugar en la sociedad mexicana y en el público de lengua española y de otras lenguas, y no sólo quiso denunciar lo que estaba pasando, sino que buscó la verdad y en este sentido él es un ejemplo para todos", abundó.


Domínguez añadió que el escritor de Huesos en el desierto fue una persona "extraordinariamente divertida". "Fue una de las personas con las que más divertí y fue una de las pocas personas que tuvieron el dudoso privilegio de bailar conmigo. Fue un hombre muy eufórico, siempre rodeado de personas inteligentes y de mujeres hermosas, de mujeres inteligentes y de personas hermosas", dijo.


Recordó la impresión que le causó cuando conoció parte de la investigación que hizo sobre los feminicidios, así como la conmoción por el asalto que sufrió el escritor en los años 90, resultado de sus trabajos.


Sergio González Rodríguez fue investigador de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, guionista de la serie histórica de televisión México, Siglo XX. Con Roberto Diego Ortega dirigió El Nacional Dominical. Tuvo a su cargo la edición de Viajes y ensayos de Salvador Novo y participó en una veintena de libros colectivos. Fue miembro del Sistema Nacional de Creadores Artísticos.


Entre algunos de los premios que obtuvo sobresalen el Anagrama de Ensayo 1992 (finalista ex-aequo) de España por El Centauro en el paisaje y el de Periodismo Cultural Fernando Benítez 1995 por Mujer de table–dance. Su reportaje/crónica/ensayo Huesos en el desierto fue finalista de los premios de Reportaje Literario Lettre/Ulysses 2003 de Alemania y Herralde de Novela 2004. También obtuvo los premios Casa América Catalunya a la Libertad de Expresión en Iberoamérica 2013 y el Anagrama de Ensayo 2014 por Campo de guerra.


nrv

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