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Josefina Zoraida Vázquez ha estudiado como pocos las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos, ha escrito libros y artículos, ha ofrecido conferencias, y ha formado a varias generaciones de historiadores en El Colegio de México. Hoy, ante la crisis política que enfrenta nuestro país con Estados Unidos, la historiadora, investigadora y académica mexicana nacida en 1932 asegura categórica que esto nos debe llevar “a poner en orden nuestra casa”.

En entrevista y como parte de las reflexiones y análisis que están haciendo varias personalidades desde las páginas de EL UNIVERSAL, Josefina Zoraida Vázquez reconoce que ésta no es la peor crisis pero es una de las más oscuras porque en México estamos mal parados y porque la situación es de total desequilibrio en las relaciones con Estados Unidos.

“Debemos, en principio, volcarnos al mercado interno, desarrollarlo, porque es la forma de crear valores; y luego también diversificar nuestros mercados ¡Cómo dependemos 80% de Estados Unidos! ¡Por Dios!”, asegura la doctora en Historia por la Universidad de Harvard, Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1999, en la categoría de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía; que mañana cumple 85 años de vida.

¿México ha tenido siempre una relación desigual con Estados Unidos?

Desde el principio fue una mala relación porque éramos muy distintos, no teníamos nada que ver. Estaban 13 colonias ahí pegadas al Atlántico casi cayéndose en el mar y, de repente, se independizan y les dan hasta el Misisipi; Inglaterra las reconoce luego, luego, en 1883 y les cede mucho terreno y pasan a ser vecinas porque la Luisiana era entonces de Nueva España y de allí empezaron a avanzar por ese territorio, además siempre habían sido expansivos. Luego, la Revolución Francesa ocasiona que venga más inmigración y entonces empiezan a evolucionar y lo mejor es que tienen una constitución adecuada.

¿Esta es una crisis más dura?

No, aquella fue negra, no tiene comparación con esta, lo que pasa es que ahora somos más conscientes porque se difunde todo en las redes sociales, que, por cierto, yo estoy contra las redes sociales porque a veces son muchas mentiras las que se dicen, pero obviamente influyen, ahora todos nos enteramos de lo que pasa en todo el mundo. Trump lanza tuits todas las mañanas, se le ocurre una cosa en la noche y la suelta. Debe pensar “¿y ahora con quién me meto, con Alemania, con Persia?, con quien sea”.

¿Es una difícil situación para salir de manera sencilla?

Yo creo que perdimos todas las crisis porque tenemos un país desestabilizado, pero yo creo que ahora es una oportunidad también, de que pongamos la casa en orden, no busquemos que todo no los arregle la Virgen de Guadalupe porque está muy distraída, tiene muchos problemas en el mundo para que se ocupe tanto de México.

¿Poner la casa en orden es fundamental?

Bueno mire, ellos fueron un país colonizado y nosotros somos un país conquistado, en esto se generó un desequilibrio social que se mantiene. Lo que tenemos que hacer hoy es poner en orden la casa. La corrupción es verdaderamente dolosa, estamos irritados todos, tenemos que poner orden, mejorar la situación de seguridad; muchas cosas nos hacen vulnerables. Si lo vemos positivamente es una oportunidad de fortalecer lo interno, limpiar, sanear, crear conciencia porque la inconsciencia es lo peor que nos ha afectado. Debemos, en principio, volcarnos al mercado interno, desarrollarlo, porque es la forma de crear valores y luego diversificar nuestros mercados.

¿El mercado interno es una posibilidad de salida?

El mercado interno está muy abandonado y podemos incrementarlo; mire qué negocio hacen Bancomer y Walmart y todas esas trasnacionales a base del mercado interno.

Las cosas no se resuelven con ocurrencias, con pararnos frente a la Embajada americana, la embajadora incluso es demócrata así es que la van a quitar dentro de poco, seguramente ella dice ¡pobres diablos, pero no puedo hacer nada! Esas cosas son como de niños, tenemos que crecer, hay varias ideas sobre todas las posibilidades qué tenemos de defendernos dentro de nuestro territorio. Eso dice Sergio Aguayo y coincido, creo que hay muchas ideas y posibilidades de poner la casa en orden.

Tan lejos de Dios y tan lejos de Estados Unidos, ¿México tomó malas decisiones?

Ya no sabemos quién dijo esa frase pero al final fue una oportunidad. Nosotros estamos mejor que muchos países del sur por la proximidad, pero no le hemos sacado el gusto. Fuimos proteccionistas en lugar de dejar crecer una industria, era competencia pero erramos y entonces producíamos aquí unas porquerías... Acuérdese de que todos estábamos buscando una bujía importada porque las nuestras se descomponían fácilmente, hasta los focos. Eso tenemos que corregirlo, pero hay tantos problemas que tenemos hoy, a mí me apabulla, yo no quisiera morirme viendo este México. Porque yo me eduqué con un nacionalismo que me hace daño todavía.

Siempre le pedimos a la historia que nos enseñe, creemos que los historiadores son profetas...

Es muy difícil, no somos profetas, no podemos serlo; lo que hace la historia, por eso los políticos deberían saber más historia, es dar sensibilidad para ver qué condiciones pueden repetirse; pero no, la historia nunca se repite, no podemos decir que va a pasar lo mismo. Imagínese, tan sólo, si es lo mismo un México de 7 millones en los 40 a un México de 120 millones como es hoy.

¿Qué sí nos pueden decir los historiadores?

Necesitamos es tratar de explicar y no regañar a la historia, como hacían los historiadores del pasado en México; querían cambiarlo todo.

Tenemos que volver a ver las cosas no como nos gustan sino como son, porque siempre hemos sido absurdos en eso, veo esas esculturas de Hernán Cortés y digo: ‘No puede ser’. Si un sifilítico nos venció tan fácilmente con 800 hombres, pues imagínate.

¿El gobierno actual lo ve con la capacidad de negociar?

Pues es un gobierno débil en parte por el hartazgo que tenemos, algunos pusieron mucha ilusión en el cambio de partido con Vicente Fox... ¡Por Dios! lo mismo, la misma corrupción, todo igual.

El crimen de Fox es casi como el de Santa Anna, por irresponsable, y sigue haciéndose propaganda y todo porque los narcisistas no cejan en eso, pero
a Santa Anna yo lo defiendo todavía porque se sacrificó y anduvo haciendo lo que podía, pero había sido muy
irresponsable.

Carlos Slim dice que Trump es un negociador, lo que pasa es que tiene
la trompa muy grande y habla más de la cuenta y es mal educado, no tiene experiencia política, igual que Fox no tiene experiencia política y es un mal resultado.

Yo creo que el presidente Peña Nieto ha hecho esfuerzos, pero como metió la pata en traerlo, creo que en este momento se ha portado como estadista, pero de qué sirve con un majadero.

¿Queda el nacionalismo?

Los nacionalismos también tienen que ser medidos, el nacionalismo de Trump es lo que lo está igualando a nacionalismos muy terribles del pasado cercano. Creo que tenemos que tener la idea de que tenemos que defender nuestro país, y que tenemos que actuar dentro; no estar gritando: ‘¡Viva México!’ el 15 y el 16 de septiembre, sino todo el año cuidar nuestro país, no tirar la cáscara en las calles.

Eso lo tenemos que corregir por Dios, por qué tenemos que aceptarlo, hasta el que va en su carro último
modelo y más caro echa su basurita por la ventana. La tenemos muy complicada.

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