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Desde que deslumbrara con su estreno en 2003 con apenas 25 años con Política, el escritor británico Adam Thirlwell se plantea a sí mismo no hablar de sexo en sus obras, pero luego, con la página en blanco delante, no lo puede evitar, como vuelve a demostrar en Estridente y dulce.
Acompañado por la editora de Anagrama, Silvia Sesé, el autor londinense presentó hoy en rueda de prensa en Barcelona la versión en español de su nuevo título, en el que narra una escena en la que el neurótico protagonista de la historia se despierta en la cama de un hotel junto a una mujer que no es su esposa, tras una noche movida.
A punto de cumplir los cuarenta, quien fuera incluido por la revista Granta en la lista de los mejores escritores jóvenes ingleses explicó hoy que en Estridente y dulce ahonda en las contradicciones éticas y morales que afectan a su generación, a la vez que reflexiona sobre el paso del tiempo, el sexo e incluso el poder político.
Influido en los últimos tiempos por autores latinoamericanos como Alejandro Zambra o Alan Pauls, Thirlwell rememoró que la novela empezó a tomar forma una vez encontró la voz del narrador, "su rareza", y la primera escena, la del adulterio.
"Es como una broma cruel que me gasté a mí mismo, haciendo una cosa inmoral y cómo eso desencadenará en una catástrofe", apuntó.
Con su particular sentido del humor, llevará al lector a ver cómo este personaje, en caída libre, no para de cavilar sobre todos los aspectos de la vida.
Thirlwell, que en su anterior obra, La huida, recorrió la historia europea desde el nazismo hasta la actualidad, reconoció que desde siempre le ha interesado mucho todo lo relacionado con el paso del tiempo, con "crecer, madurar, con la brecha que se abre entre quiénes éramos y quiénes somos".
También por lo que comporta escoger, puesto que, según la dirección por la que uno opte, se deja de tener un determinado tipo de vida.
Preguntado por si su generación es más inmoral que otras, el novelista señaló que no lo cree. Pero, agregó, "ahora ser ético y moral es más difícil, porque venimos de una moral como de pueblo, de comunidad, para con tus vecinos, mientras que ahora la red de obligaciones es global, mundial, lo que hace que sea imposible cumplir con todas".
A la vez, y sin que lo pueda evitar, vuelve a incluir explícitas escenas de sexo en el relato. "Cada vez que inicio un proyecto, me digo que no voy a hablar de sexo, pero acaba saliendo, y, además fue muy divertido escribir sobre una orgía", aseguró.
A pesar de lo bien que se lo pasó creando ese capítulo, su amigo, el cineasta mexicano Alfonso Cuarón, le dijo que no le gustaba y que "eso no era ninguna orgía, porque solo participan seis personas".
Otro de los objetivos que busca con sus novelas es "corromper al lector, que tenga una mala experiencia, como tomar una droga y que le siente fatal".
Adam Thirlwell avanzó que está trabajando en la adaptación cinematográfica de "Estridente y dulce", que dirigirá el debutante Patrick Daughters, aunque está preocupado por cómo reproducir en la película las pequeñas historias colaterales a la trama principal, que "al final son solo frases".
nrv