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El reconocido novelista irlandés James Joyce, autor de obras como Ulises (1922) y Finnegans wake (1939), es recordado a 135 años de su nacimiento como uno de los escritores más importantes del siglo XX.
James Joyce nació el 2 de febrero de 1882 en Dublín, Irlanda. Según el portal biografiasyvidas.com, el escritor creció en el seno de una familia de arraigada tradición católica y fue hijo de un recaudador de impuestos, al que se le atribuía la mejor voz de tenor de su época.
El novelista estudió en el colegio de jesuitas de Belvedere entre 1893 y 1898, año en el que se matriculó en la National University de Dublín, donde aprendió distintas lenguas y descubrió su interés por la gramática.
De acuerdo con el sitio www.buscabiografias.com, a la edad de 18 años, cuando aún asistía a la universidad, Joyce obtuvo su primer éxito literario con el artículo “El nuevo drama de Ibsen”. En 1907 apareció su libro titulado Música de cámara.
Siete años después, James Joyce publicó Dublineses, 15 cuentos dirigidos a la gente de Dublín; dos años después, dio a conocer su primera novela autobiográfica Retrato del artista adolescente y fue en 1918 cuando escribió la obra de teatro Exiliados.
La consagración literaria del escritor le llegó luego de la publicación del Ulises (1922), una novela inspirada en la Ilíada, de Homero, donde Joyce propone una combinación entre el realismo, naturalismo y simbolismo; a través de un estilo y técnica novedosos.
Cabe señalar que a partir de 1918, la revista estadounidense Little Review comenzó a publicar los capítulos de dicho libro, hasta que en 1920 fue prohibido; luego de dos años, de todas formas se dio a conocer en París, Francia.
La biografía de Joyce, difundida por la página web www.lecturalia.com, destaca que en su obra también figuran textos como Poemas, manzanas (1927); Collected Poems (1936); Stephen, el héroe (1944) y su última novela Finnegans Wake, escrita en un lenguaje que combina el inglés con palabras de distintos idiomas.
James Joyce, quien desintegró el lenguaje convencional para darle un estilo personal, dejo de ver la luz del día el 13 de enero de 1941, luego de una intervención quirúrgica donde le fueron realizadas dos transfusiones.
Para los conocedores de su obra, ésta estuvo siempre consagrada a Irlanda, no obstante que vivió poco tiempo allí. Sus textos se caracterizaron por una innovadora narrativa en la que destacó el "flujo de conciencia", una "exquisita técnica" que le permitió consolidar un estilo personal, simbólico e íntimo.
Toda su obra, señalan, está permeada por una dimensión irónica pero al mismo tiempo profundamente humana, que lo convirtió en uno de los novelistas más influyentes del siglo pasado.
nrv