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Con la partida de Teresa del Conde, la crítica de arte en México se queda huérfana, sin esas grandes figuras tutelares que enriquecieron el debate en torno al arte durante el siglo XX, coincidieron artistas, funcionarios y miembros de la comunidad artística que ayer despidieron a la también investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM en una funeraria al sur de la ciudad.
Desde la mañana, los familiares, amigos y alumnos de la historiadora y académica, fallecida la noche del jueves a los 80 años de edad debido a un infarto cerebral, se dieron cita en el mismo lugar donde por la tarde sus restos fueron creamados.
Ahí, rodeada de sus familiares, Tessa Corona del Conde, hija de la fallecida historiadora, relató que la muerte de su madre fue casi inesperada, pues fue hasta enero de este año que le detectaron un cáncer cerebral que derivó en metástasis.
“No sufrió, estuvo muy tranquila, en paz. Se fue escuchando su música, le gustaba mucho la ópera. Amanecía siempre escuchando Radio UNAM, primero las noticias, luego seguía todo el programa musical de Radio UNAM, una institución que amó al igual que al INBA”, expresó su hija.
Quienes acudieron a dar el pésame a sus cuatro hijos y seis, lamentaron la muerte de la reconocida estudiosa del arte mexicano y funcionaria cultural, pero también señalaron el vacío que dejarán sus textos críticos.
Uno de ellos fue el artista plástico Gustavo Monroy, a quien arropó desde que él comenzó su carrera artística. “En cierta medida nos debemos a esa generación de críticos de arte que ya no están, como Jorge Alberto Manrique, Raquel Tibol y Teresa del Conde, quienes nos apoyaron siempre desde donde estuvieron y nos criticaron también. Nos debemos a esa crítica buena, mala, constructiva, inteligente, una crítica que se ha dejado de hacer... Esas figuras tutelares dejan la vara muy alta para las nuevas generaciones”, expresó el artista, quien fue una de las primeras personalidades en acudir a la funeraria.
Al lugar también acudieron la directora del Antiguo Colegio de San Ildefonso, Bertha Cea Echenique; y la del Museo de San Carlos, Carmen Gaitán. Más tarde se sumaron la académica Tely Duarte, el coleccionista Andrés Blaisten, Renato González Mello, director del IIE, la escritora Margo Glantz, entre otros.
Por la tarde, acudió la secretaría de Cultura, María Cristina García Cepeda, acompañada de la directora del INBA, Lidia Camacho.
Antes de montar una guardia de honor junto a la familia, García Cepeda señaló que con la muerte de Teresa del Conde se cierra un ciclo en la crítica artística. “ Recordemos que en el siglo XX hubo tres pilares en la crítica artística: Raquel Tibol, Jorge Alberto Manrique y Teresa del Conde, creo que estamos realmente cerrando ese ciclo”, dijo. Respecto a un posible homenaje, la funcionaria sostuvo que la dependencia está en la mejor disposición de brindarle un reconocimiento a la especialista y quien fuera directora del Museo de Arte Moderno, pero primero tendrán que platicarlo con su familia.
Por su parte, Graciela de la Torre, directora de Artes Visuales de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, dijo que la institución planeaba un homenaje y la entrega de la Medalla al Mérito Universitario a Teresa del Conde para los próximos días.
“El Rector se lo iba a entregar dentro de unos días porque lo tiene más que merecido, pero ya no llegó”, dijo la funcionaria, quien no descartó que ahora sea un homenaje postmortem.