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Más que un llamado a la unidad nacional, el gobierno mexicano debe tener políticas claras para enfrentar los ataques y decisiones de Donald Trump, opina el historiador británico Alan Knight. El profesor de Historia latinoamericana en la Universidad de Oxford considera que de nada sirve tener apoyo en las calles o unirse a boicots contra empresas estadounidenses, si el gobierno mexicano no toma medidas certeras para defender su economía. El especialista en la Revolución Mexicana, quien está de visita en México para participar en un coloquio sobre el centenario de la Constitución Mexicana, habló con EL UNIVERSAL sobre la situación que enfrenta el país con Estados Unidos.

Se dice que estamos en una de las mayores crisis diplomáticas en la historia de las relaciones entre México y EU, incluso parecida a la de la Invasión en 1846. ¿Qué opina?

Me parece una exageración porque nadie está pensando en una guerra ni en la pérdida de la mitad del territorio mexicano. Aquello fue una crisis más seria. Hay algunos paralelos, quizá, con el periodo de la Revolución, cuando hubo dos intervenciones norteamericanas: la de Veracruz y la llamada expedición punitiva, pero en este caso no es una cuestión de fuerza coercitiva, más bien es la intervención política, diplomática; toda la retórica de Trump y el efecto de eso, a corto plazo, puede ser muy negativo. Sí es un reto, pero creo que hay que esperar para ver qué tan serio es. Quizá soy demasiado optimista, pero creo que (Trump) se dará cuenta de que hay muchas resistencias dentro y fuera de EU; cuando las enfrente, es posible que cambie (su política).

¿Cómo podemos situar entonces este momento en la historia de la relación México-EU?

A veces es díficil sacar lecciones de la Historia porque cada coyuntura es distinta, se puede hacer comparaciones, por ejemplo, con 1920 y 1930, cuando después de la Revolución hubo una serie de reformas en México, la agraria y la expropiación petrolera, que afectaron intereses norteamericanos, hubo presiones, quejas, amenazas, pero al final salieron de esos choques. El gran problema de ahora es el proyecto de Trump y la manera en que quiere imponerlo, que para mí es una fantasía. Una economía cerrada en un mundo tan globalizado es algo muy irreal, distópico. Creo que México debe esperar y establecer lazos con otros países, colaborar con América Latina.

¿Qué opina de la respuesta del gobierno México a los dichos y decisiones de Donald Trump?

Creo que el descontento es muy lógico. Trump viene a México como invitado y el mismo día que vuelve a EU habla de construir el muro, que me parece otra fantasía porque no veo cómo se puede obligar a un país a construir obras públicas en otro país. Se está hablando incluso de cobrar impuestos a los cárteles del narcotráfico, ¿cómo se puede hacer algo así? Es otra fantasía... En México veo que hablan de una unión nacional contra Trump, pero también me cuesta trabajo entender cómo se puede hacer eso, más bien el gobierno tiene que llevar a cabo políticas concretas para resistir a Trump. Tener apoyo y demostraciones en las calles no es la respuesta, son importantes, pero no es la manera de manejar las relaciones internacionales.

¿Boicotear empresas norteaméricanas tampoco funcionaría?

Normalmente los boicots no funcionan o funcionan un rato. El boicot es un instrumento muy débil,   pero sí funcionarían las represalias a nivel comercial por parte del gobierno. Si Trump pone tarifas sobre las importaciones de México, lógicamente México tiene que poner una tarifa como respuesta. México tiene que reaccionar con una medida como un aumento arancelario si EU lo hace. Eso sí funcionaría.

¿Qué consecuencias podría tener la construcción del muro?

Es algo irreal. En primer lugar ya hay un muro, una tercera parte de la frontera es el Río Grande y la otra parte son montañas donde no se puede poner un muro. Los muros no son la respuesta, ya hay uno y hay migración. La idea, más bien, debe ser regularizar y controlar la migración de una manera racional en ambos lados, como sucedió con el Programa  Bracero de los años 40 y 50, para que haya una ventaja mutua. Poner un muro no creo que realmente funcione, pero sí tendrá un impacto en términos simbólicos: mostrar que México y EU ya no son buenos vecinos.

En un contexto en el que Reino Unido busca aislarse de la Unión Europea y EU abandona tratados multilaterales, ¿ estaríamos viendo el retorno del Estado-nación?

Hay gente que dice eso y claro, Trump y los que están a favor del Brexit en Gran Bretaña dicen que están retomando el poder, la soberanía nacional. En el caso de Gran Bretaña, creo que es más como un mito porque estamos siempre dependiendo del resto del mundo, somos una economía mediana, no somos una súper potencia; tenemos que invertir y comercializar con otros países y todo eso necesita acuerdos multilaterales y bilaterales. Si no tenemos a la Unión Europea, tenemos que acoplarnos a otros sistemas de comercio, como el de la Organización Mundial del Comercio. Es decir, en el mundo actual es casi imposible aislarse, al menos que quieran ser como el caso de Corea del Norte, pero ese es un ejemplo que nadie quiere seguir. Hablar de la soberanía nacional y pensar en autonomía, especialmente para un país como Gran Bretaña, es realmente pensar como en el siglo XIX.

¿Qué momentos históricos de México deberíamos revisar para tratar de entender la situación actual?

Me interesé en la historia de México porque es muy rica y a la vez complicada, con muchos conflictos y tragedias, comenzando con la Conquista, la Guerra de la Independencia, la guerra con Estados Unidos, la Revolución. A través de su historia, México ha tenido esas coyunturas muy negativas, violentas, pero ha aguantado, ha sobrevivido y ha podido. Con la Revolución, por ejemplo, que es el caso que conozco mejor, no obstante toda la destrucción, las batallas y la mortalidad que hubo, en los años 20 y 30, México se recuperó bastante rápido, hubo una serie de reformas positivas. En 1916, México estuvo en un colapso terrible, había inflación, pero 10 años después hubo una recuperación muy marcada, una serie de iniciativas. Entonces, uno podría esperar que a pesar de un periodo de incertidumbre las cosas van a mejorar en algún momento, porque yo veo que en la historia no hay nada lineal, donde las cosas se mejoran o empeoran, sino que más bien es de altibajos.

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