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El 2016 inició con una de las noticias que marcarían al sector cultural durante los siguientes 12 meses: la creación de la Secretaría de Cultura, que se había concretado en los últimos días de diciembre; y el nombramiento de su primer titular, Rafael Tovar y de Teresa.
Además, tras la creación de Cultura, la agenda del sector estuvo marcada por el recorte presupuestal, la redacción del reglamento interno publicado tras meses de retraso, la reorganización de los sindicatos de trabajadores de Cultura, la discusión en foros para la creación de una Ley General de Cultura que no logró concretarse, las ausencias del secretario y las especulaciones sobre su estado de salud, luego de un evidente quebranto de salud; la falta de proyectos que demostraran los beneficios de convertirse en una secretaría de estado, la muerte de Tovar y de Teresa y los pendientes que habrán de resolverse durante el siguiente año, como la conformación y/o ratificación del equipo que conforma la Secretaría, fundada el 18 de diciembre de 2015.
El principio. El 21 de diciembre en una ceremonia privada realizada en el Despacho Presidencial del Palacio Nacional, el jefe del Ejecutivo tomó protesta a Rafael Tovar y de Teresa, con base en las atribuciones que le confiere el artículo 89 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Peña Nieto ordenó al secretario de Cultura iniciar de inmediato los trabajos que condujeran a cumplir con la misión de la dependencia: brindar un efectivo respaldo público a los creadores, difundir el arte y la cultura, resguardar el patrimonio histórico nacional, salvaguardar la pluralidad cultural del país, así como acercar las actividades artísticas a niños y jóvenes.
En ese breve evento, Tovar manifestó su compromiso de trabajar para articular los esfuerzos institucionales que permitieran hacer efectivo el acceso a la cultura, derecho consagrado en el artículo 4 de la constitución.
En la ceremonia estuvieron presentes los Secretarios de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer; y el Jefe de la Oficina de la Presidencia, Francisco Guzmán Ortiz.
La Secretaría de Cultura fue una iniciativa del Ejecutivo, dada a conocer el 2 de septiembre de 2015, durante el Tercer Informe de Gobierno.
Tras ser aprobada por mayoría de votos por los diputados y senadores, fue publicada en el Diario Oficial de la Federación y nació, formalmente, el 18 de diciembre de 2015.
En los primeros días del año, Tovar y de Teresa delineó algunos de los ejes que marcarían su primer año como secretario. Entre ellos, evitar la duplicidad de funciones en las distintas oficinas y aseguró que una de sus prioridades sería la redacción y publicación del reglamento, el cual le permitiría, entre otras cosas, hacer nombramientos oficiales de su equipo de trabajo; además de que sería la herramienta que le permitiría la reorganización de diversas áreas. Además, lanzó una advertencia que inquietó a los trabajadores, especialmente a los sindicalizados: “sólo se respetarán los derechos reconocidos por la ley”.
Un arranque tardío. El reglamento interno, pese a los deseos y promesas del secretario, se publicó hasta noviembre pasado, es decir, con prácticamente ocho meses de retraso; con el documento, dijo Tovar y de Teresa, se concretaba el proceso de construcción de la Secretaría de Cultura.
El documento que entró en vigor el 9 de noviembre, consta de ocho capítulos y 35 artículos; además establece la creación de dos subsecretarías: la de Desarrollo Cultural, y la de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura. Además establece una Oficialía Mayor y una Unidad de Asuntos Jurídicos. Losnombramientos de cada una de estas nuevas oficinas no fueron realizados.
Asimismo, el reglamento estableció 12 direcciones generales y definió como órganos administrativos desconcentrados de la Secretaría al INAH, INBA, INEHRM, Indautor y Radio Educación; y, aunque no se publicó en el reglamento, se estableció que las dependencias IMCINE, Cineteca Nacional, Centro de Capacitación Cinematográfica, Centro Cultural Tijuana, Estudios Churubusco, Canal 22, Educal y el INALI, serán paraestatales, lo cual quedará establecido en el Manual de Organización General, de pendiente publicación en el Diario Oficial de la Federación. Estas direcciones también carecen de titulares.
Durante varios meses la demora de la publicación del reglamento inquietó a los trabajadores, porque, aseguraban, podría afectar la estructura del INAH y el INBA; por lo que a lo largo de meses se manifestaron afuera de las oficinas generales de la Secretaría. Además, en marzo, quedó establecido el Sindicato Nacional Democrático de los Trabajadores de la Secretaría de Cultura, que agrupó en su mayoría a personal administrativo, técnico y manual del INAH, INBA, Radio Educación y Centro Nacional de las Artes.
A lo largo del año, el secretario de Cultura hizo pocas menciones acerca de los cambios que había implicado la transformación de Conaculta. Una de esas menciones la realizó en abril, con el anuncio del programa Cervantes 400, porque, dijo, permitió “engoblar a las distintas áreas e instituciones del gobierno federal. Aunque en noviembre no evitó el recorte presupuestal para el siguiente año, del menos 21%.
Entre los pendientes que dejó el año se encuentra la discusión en el pleno de la Ley General de Cultura, que no se pudo concretar pese a que desde junio pasado se realizaron distintos foros de discusión con la participación de creadores, gestores y académicos. Sin embargo, hace unos días se anunció la creación del Consejo Redactor que comenzará a sesionar el próximo 10 de enero, para elaborar una inciativa.
En marzo, tras una ausencia en eventos públicos, Rafael Tovar y de Teresa reapareció en el Cenart para inaugurar la muestra El futuro me pertenece. Nikola Tesla. Con su visible pérdida de cabello y de peso, se comenzó a especular sobre su salud. El funcionario siempre aseguró que se encontraba saludable y trabajando en las prioridades sustanciales. El pasado 10 de diciembre murió de mieloma cancerígeno y recibió un homenaje de estado en el Cenart, en donde el presidente indicó: “Estoy seguro que el juicio de la historia sobre él, lo habrá de poner en el altar de grandes figuras que han servido a México como Ignacio Manuel Altamirano, Justo Sierra, José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet.