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Desde lo esperado: la publicación de una inédita y muy anunciada novela de Roberto Bolaño, o el éxito de la octava entrega de Harry Potter, a lo inesperado: que Haruki Murakami volviera a perder el Nobel, pero, sobre todo, que fuera a parar a manos de un cantautor.
Desde 2010 el nombre del escritor japonés ha aparecido sin interrupción en todas las quinielas para llevarse el Nobel de Literatura. Y este año, en el que no había un claro favorito, la Academia Sueca dio la sorpresa al concedérselo a Bob Dylan.
Muchos consideran que las letras de sus canciones no tenían el suficiente valor literario y si había reticencias al premio, no lo arregló el que Dylan se pasara una semana sin dar si quiera las gracias y, para concluir, que ni fuera a Estocolmo a recoger el galardón.
Quizás eso hará a la academia replantearse las elecciones arriesgadas y volver la vista a alguno de sus otros eternos candidatos: Philip Roth, Ali Ahmad Said Esber "Adonis", Milan Kundera, Amos Oz o Claudio Magris.
Con esas dudas acaba un año literario que empezó con la llegada a las librerías de un libro que marcó, desgraciadamente, el siglo XX: Mi lucha, de Adolf Hitler. Tras siete décadas de prohibición -desde el suicidio del führer-, el volumen que recogía su terrorífica ideología estaba disponible para ser editado.
Pero ni hubo polémica ni el libro fue el número uno de ventas, título que corresponde a Harry Potter and the Cursed Child, dos volúmenes que recogen la obra de teatro escrita por J.K.Rowling junto a John Tiffany y Jack Thorne.
La octava aventura del joven mago es ya la de un adulto puesto que la acción se sitúa 19 años después de Harry Potter and the Deathly Hallows.
Dos millones de copias en dos días demuestran el interés que sigue despertando este personaje que apareció por primera vez en 1997 y de cuyas historias en papel se han vendido más de 500 millones de copias.
No tanta pero sí mucha expectación despertó la aparición de la nueva novela inédita de Roberto Bolaño, nada menos que 13 años después de su fallecimiento y de la que se llevaba hablando desde 2013.
El espíritu de la ciencia ficción, que se presentó oficialmente en la Feria del Libro de Guadalajara (México), fue escrita por Bolaño en 1984 en Blanes (Gerona, España), está ambientada en la capital mexicana durante los años setenta y sigue a dos jóvenes poetas que buscan ganarse la vida con la literatura.
Un libro no exento de polémica porque la viuda de Bolaño, Carolina López, decidió cambiar su editorial de siempre, Anagrama, por Alfaguara, lo que motivó toda una serie de acusaciones cruzadas debido a la cantidad de obras que aún quedan por publicar.
Los inéditos están "cuantificados y clasificados", pero no se ha analizado qué es publicable y qué no, según López.
En un estilo completamente diferente, otro libro destacado de 2016 fue la biografía de Bruce Springsteen, Born to Run, en el que desveló su tendencia a la depresión, y en los últimos meses del año llegó una de las novedades más esperadas: El cementerio de los libros olvidados, el cierre de la saga que el español Carlos Ruiz Zafón inició con el superventas La sombra del viento (2001).
Cinco esquinas, de Mario Vargas Llosa; Aquí estoy, de Jonathan Safran Foer; El libro de Baltimore, de Joe Dicker; La noche al revés, de Zoé Valdés; la saga Dos amigas, de Elena Ferrante, o Falcó, de Arturo Pérez-Reverte, fueron otros de los libros que protagonizaron este año.
Un año en el que se celebró el centenario del nacimiento de Camilo José Cela, los 400 años de la muerte de Cervantes y Shakespeare o los 20 años sin José Donoso, todos con menos brillo de lo merecido.
Y en el que se despidió nada menos que a tres premios Nobel de Literatura: Imre Kertesz, Dario Fo y Elie Wiesel; además de Ignacio Padilla, Umberto Eco y Harper Lee.
nrv