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El escritor mexicano Ignacio Padilla, su obsesión por la palabra, su amor por el lenguaje y sus historias utópicas, serán recordados este martes durante el homenaje que se le rendirá en el Palacio de Bellas Artes.
Sus amigos y colegas Rosa Beltrán, Socorro Venegas y Jorge Volpi recordarán al autor de Espiral de artillería, quien murió el pasado 20 de agosto, informó el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
Recordó que Nacho Padilla, como se referían a él quienes le rodearon, se consideró a sí mismo como un “físico cuéntico” y decía que de profesión era contador de historias.
"No puedo no sentir una pasión desbordada por las palabras, las veo como animales vivos, las busco, las rebusco, las reinvento", dijo Padilla el 2 de agosto durante el ciclo "Protagonistas de la literatura mexicana".
Rosa Beltrán destacó la pasión de Padilla por el género breve y a la vez poderoso, "como un hoyo negro que todo lo absorbe y a la vez que es capaz de decirlo todo, que es el cuento".
Recordó que conoció a Nacho cuando ambos eran becarios del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), escribían su primera novela bajo la tutoría de Silvia Molina.
"Nuestro primer encuentro fue muy afortunado. Teníamos temas afines, uno de ellos era la obsesión por el lenguaje que concretaba en la figura de García Márquez, ambos teníamos idolatría por este monstruo de la literatura hispanoamericana, que cambiaría nuestras maneras de construir obras".
Aseguró que de Nacho admiró muchas cosas, una de ellas, que era una persona que tenía siempre presencia de ánimo, para él era un deber moral y creo tenía razón en que así fuera; y su afabilidad, estar siempre disponible a participar en talleres, en conferencias, en encuentros.
Ignacio Padilla publicó sus primeros libros de relatos a principios de 1990 y recibió el Premio Nacional de las Juventudes Alfonso Reyes. Años después su primera novela “La catedral de los ahogados” fue reconocida con el Premio Bellas Artes Juan Rulfo para Primera Novela 1994.
Padilla inició en 2011 su noviciado como miembro correspondiente por del estado de Querétaro en la Academia Mexicana de la Lengua (AML). Este año fue elegido para ocupar, ya como miembro de número, la silla 34, antes del poeta Hugo Gutiérrez Vega (1934-2015).
"Todo lo que escribo lo hago por amor y por venganza. Quiero hacer sentir a otros lo que yo sentí o he sentido al leer libros que me resultan entrañables: el mismo terror, la misma sorpresa, el mismo escándalo, que yo he sentido al leer libros que me gustan y muchos de ellos son para niños", expresó Padilla en una entrevista realizada por el INBA.
Solía decir que escribía novelas para descansar entre un cuento y otro, pero su obra, ya sea narrativa, ensayística o de literatura infantil, conduce a múltiples universos paralelos a los que se accede con la imaginación.
En el homenaje al "físico cuéntico", no sólo lo recordarán sus amigos Rosa Beltrán, Socorro Venegas y Jorge Volpi, sino todas las personas ávidas de aventuras que podrán disfrutar las historias de Nacho con una lectura en voz alta de Roberto Sosa.
"Hay una parte de mí que acepta que Nacho Padilla no va a estar sentado de cuerpo presente junto a mí nunca más, pero la parte que se resiste es la que sabe que Nacho no murió, que ahí está su obra", concluyó Rosa Beltrán, titular de la Dirección de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
sc