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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
Entre las ediciones más acariciadas que Acantilado lanzará en breve al mercado, está la gran biografía sobre Franz Kafka, de Rainer Stach; el libro de ensayos y reflexiones sobre el mundo musical del pianista Alfred Brendel; el nuevo ensayo titulado Pensar y no caer, del poeta y ensayista español Ramón Andrés, y el libro titulado Por el ojo de una aguja, de Peter Brown.
A estas esperadas ediciones con las que la prestigiosa editorial española cierra el año seguirán en 2017 otros libros: un nuevo texto de Rafael Argullol, otro de José María Esquirol y la publicación de la correspondencia de Stefan Zweig con Friderike, su primera esposa, así como “unos cuadernitos deliciosos” sobre Lev Tolstói.
Sandra Ollo, directora general Acantilado, la editorial fundada en 1999 por Jaume Vallcorba, mantiene el rumbo de este proyecto intelectual que tiene un catálogo de cerca de 2 mil títulos y que edita entre 40 y 50 novedades al año, Y entre 80 y 100 reimpresiones.
“Una de las cosas que más me enorgullecen es que a pesar de todo nunca dejó de salir un solo libro”, señala la viuda de Jaume Vallcorba, quien ya trabajaba en la editorial y que ha estado al frente de un equipo de diez personas desde hace dos años, cuando murió el célebre editor que ideó la editorial Acantilado, y que conformó un catálogo destinado a mantener vivo su espíritu europeísta con libros muy bien hechos en el ámbito editorial y con gran contenido.
¿Acantilado sigue siendo un proyecto intelectual?
Es un proyecto editorial ligado a la trayectoria intelectual de su editor, sea quien sea. Sí, Acantilado es una editorial de proyecto, de lector y que acompaña la trayectoria personal de su editor. Ninguno de los libros es azaroso, ninguno de los libros está porque sí, sino que cada uno de ellos está escogido, pensado y pretende tener un sentido en él mismo y en relación con el resto de títulos que lo acompañan, en un diálogo muy sutil, a veces, y muy evidente, en otras.
¿Tu proyecto es de continuidad?
Yo me he hecho como editora con Jaume Vallcorba, compartíamos el sentido de la edición y de la literatura en su esqueleto más profundo, después los matices del gusto personal pues están y estarán. Lo importante es que esta base que configura todo seguirá de esta manera en los años venideros.
¿Sigues un rumbo fijo?
A lo largo de 2015 y 2016 se ha visto lo que sigue siendo Acantilado. No tengo un programa marcado en el sentido de que no me limito a un interés ni lineal ni territorial, lo que busco son buenos libros; libros hermosos, que tengan alma y sentido pero además que tengan diálogo con los libros que se han publicado anteriormente y que se publicarán después.
¿Mantienes espíritu europeísta?
Acantilado en un comienzo se interesó mucho por la literatura centroeuropea y es cierto que sigue siendo un pilar importantísimo de nuestro catálogo y lo va a seguir siendo, pero también es certo que en los últimos años todo estaba entremezclado. Hay libros de diferentes países y de diferentes culturas porque lo que buscamos fundamentalmente es el texto que dialogue y que vea las relaciones tan sutiles entre los diferentes libros y culturas. Hablamos siempre de un sentido europeísta pero no de Europa como un territorio y una frontera sino como una manera de ver el mundo.
Todas las obras están impregnadas de ese espíritu común que puede estar en sitios tan diversos como España, Japón, Argentina, Serbia o África.
¿Qué tan difícil es mantener el proyecto cuándo se impone el mercado y las crisis económicas?
No es complicado porque el espíritu que conforma el sello es este. Acantilado publica los libros que están dentro del canon del editor, es una editorial que refleja el gusto de su editor y los lectores lo saben y lo aprecian, al final su catálogo es una invitación a la conversación con tantos lectores, es casi como aquella conversación de lectura de amigos. Esta es la esencia. Yo dialogo con los lectores a través de los libros, les ofrezco aquello que a mí me ha interesado y espero que a ellos les interese también.
¿De qué títulos sientes orgullosa?
Estoy feliz y contenta de cada libro que sale porque todos ellos son la cristalización de una idea. El Premio Nobel a Svetlana Alexievich fue un empujón importante, la semana pasada José María Esquirol ganó el Premio Nacional de Ensayo con La resistencia íntima, un libro nuestro.
La última hermana, de Jorge Edwards ha sido la segunda finalista en Mejor novela del año para los libreros de Madrid. Son pequeños hitos en la editorial que alientan.
Acantilado es tan importante tanto por el contenido como por el objeto, la adecuación entre el fondo y la forma es fundamental en nuestros libros.
¿Ahora cuáles son los libros que tiene listos Acantilado?
Tenemos nuestro libro de navidad que es la gran biografía sobre Franz Kafka de Rainer Stach que es un libro importantísimo y que será fundamental para entender a Kafka, para todo aquel que no lo haya leído o que no haya pensado nunca que quería leerlo y para aquel que lo conoce y quiere entenderlo mejor, es un libro ágil, narrativo, cercano y que rejuvenece la imagen de Kafka, que lo resitúa en el panorama literario y cultural y que creo que es un imprescindible observar.
Tenemos también un libro de Alfred Brendel, del grandísimo pianista, una colección de ensayos sobre música, lleno de inteligencia, de su conocimiento profundo del mundo musical y su amor. Tenemos Pensar y no caer, de Ramón Andrés, que es un ensayo muy valiente y una reflexión sobre el mundo en el que vivimos, un libro de compañía vital. Tenemos el ensayo Por el ojo de una aguja, de Peter Brown sobre la construcción del Cristianismo a partir de la caída del Imperio Romano.
¿Qué se suma al catálogo en 2017?
La programación de 2017 está cerrada. Tenemos un libro nuevo de Rafael Argullol, otro libro de José María Esquirol, la correspondencia de Stefan Zweig con Friderike, su primer esposa; y tenemos también unos cuadernitos sobre Lev Tolstói deliciosos. Allí vamos, con paso seguro y decidido haciendo libros de gran factura.