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Sobre el escenario pintan grandes retratos sobre papel o tela en soportes verticales; de los lienzos surge lo mismo el rostro de Marilyn Monroe que Elvis Presley, John Lennon o Harry Potter, pintan pero no son pintores ni bailarines, en realidad son más cantantes que propician una fiesta al estilo americano.
La agrupación estadounidense Artrageous que radica en Nuevo México es un espectáculo carnavalesco de música, bailes, pintura, cantos, títeres y artes circenses aunque en el programa del Festival que ayer concluyó su edición del 2016, lo definieron en la categoría de danza.
Su mérito fue hacer cantar a los asistentes a la Alhóndiga de Granaditas. Lo lograron con temas populares de rock y pop, nada del otro mundo; otra “osadía” fue invitar dos veces al escenario a dos grupos de personas que, como en fiesta de payasos, los hicieron bailar al ritmo que marcaron.
Con vistosos trajes, utilizando el teatro negro, el espectáculo se convirtió en batucada cuando comenzaron a repartir guitarras, micrófonos y sombreritos de plástico, y solo faltaron los antifaces para que la fiesta agarrara más calor y color.
Se volvió tan delirante la pachanga que incluso funcionarios guanajuatenses subieron a bailar al escenario, aunque ya desde abajo movían a buen ritmo sus varitas de luz neón y tronaban las burbujas de los trozos de plástico para el embalaje que les repartieron a los asistentes.
Al final llegó la fiesta mexicana con un juego de pirotecnia como dicta la tradición del Cervantino y que generó una buena recepción entre los asistentes, que dicho de paso, fueron muchos.
nrv