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abida.ventura@eluniversal.com.mx
La enorme proliferación de la especie humana y su tendencia consumista están causando la sexta gran extinción en masa del planeta, sostiene el paleontólogo español Eustoquio Molina.
“Somos una civilización basada en una fuente de energía con la que hasta ahora hemos conseguido bienestar y un gran nivel de vida, pero es una sociedad de consumo, de derroche y esto es insostenible... Puede llegar a ocurrir un problema de falta de materias primas, pero el mayor problema es el calentamiento global y consecuentemente el aumento del nivel del mar. Ese sería el momento de extinción en masa”, dice en entrevista el investigador de la Universidad de Zaragoza y especialista en microfósiles.
Ese proceso, dice, comenzó hace unos 100 mil años, cuando el Homo sapiens se expandió en todo el mudo y, a diferencia de los otros cinco grandes eventos de extinción que ha sufrido el planeta, el actual se ha desarrollado de manera gradual y rápida. “Es muy lento a la escala de una vida humana, pero muy rápida a la escala geológica; 100 mil años a escala geológica es nada”.
Por el momento, explica, la temperatura de la Tierra ha subido poco, pero advierte que sólo es cuestión de tiempo para que los polos se derritan totalmente y el nivel del mar suba de manera desmedida. “Eso provocaría una catástrofe tremenda porque de la enorme población que hay, la mitad vive a nivel del mar. Trasladar a toda esa población sería muy difícil, habría guerras, crisis, incluso podría ocurrir el colapso de nuestra civilización. Prefiero hablar de colapso, en lugar de extinción, porque nuestra especie es muy oportunista y por muy grande que sea el desastre, estoy seguro de que siempre van a quedar parejas que puedan repoblar, pero ahora nuestra civilización es muy vulnerable”, alerta.
El micropaleontólogo, quien esta semana estuvo en México para participar en el “Encuentro Libertad por el saber. Pensar en la muerte”, que organizó El Colegio Nacional, asegura que puede haber una solución a todo esto. “La sociedad debe presionar a los políticos para que ellos tomen medidas para parar el calentamiento global y la emisión de gases de efecto invernadero. Lo que podría pasar ahora ya ocurrió hace 56 millones de años, pero en aquel momento no existía el hombre”, dice.