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yanet.aguilar@eluniversal.com.mx
Darío Fo, ese “juglar” de la literatura italiana y azote satírico de la política y de la religión, rebelde de 90 años que fue crítico feroz del mandatario italiano Silvio Berlusconi, que ridiculizó hasta el cansancio, falleció ayer. El dramaturgo que hasta su muerte fue contestatario deja como legado un centenar de obras teatrales.
El escritor y actor que era definido como un intelectual poliédrico, calificado como un maestro de la sátira y un valuarte dramático, creador que en 1997 recibió el Premio Nobel de Literatura, murió justo ayer, el jueves en que otro rebelde y contestatario, Bob Dylan, alcanzó la misma gloria.
Dario Fo falleció a los 90 años en el hospital Sacco de Milán, donde llevaba 12 días ingresado por problemas pulmonares.
Se va pero deja piezas inolvidables como Misterio Bufo, una obra creada en 1969 y uno de los tesoros más aplaudidos a nivel internacional.
Quedan también Hay un rey loco en Dinamarca y Muerte accidental de un anrquista, una obra que cita el escritor mexicano Guillermo Fadanelli al hablar de su muerte en el día de la gloria de Dylan: “Tal vez debido a que la literatura escrita es en sí ya un mundo sonoro e imaginativo, el cual no requiere de expresiones fuera de la letra escrita, se produjeron las críticas al laureado Darío Fo en 1997, actor, activista y dramaturgo —su muerte, por cierto, y aunque contara ya con 90 años incita a la soledad política; lo siento mucho: ¿Muerte accidental de un anarquista? No, es el tiempo que nos conduce a la orfandad: una multitud de Daríos Fo sanarían en algo tanta aberración política—”.
Inconformista y rebelde. Darío Fo (24 de marzo de 1926, Varese, Italia) fue un maestro del sarcasmo, un excelente mimo y un actor polifacético, capaz de interpretar él solo sobre el escenario una multitud de personajes. Fue un reconocido dramaturgo y extraordinario escritor y actor y un apasionado de la pintura y de la arquitectura.
Sus admiradores lo califican como un creador que fue pura dinamita: inconformista, polémico, crítico, bromista, activista, algo impertinente en ocasiones, con profundas convicciones políticas y un referente de la política italiana de izquierdas.
El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, otro rebelde y revolucionario, habló de Fo en presente: “Es un gran creador, un gran rebelde, un gran contestatario y yo lamento mucho su muerte. Es uno de los grandes artistas rebeldes contra el establecimiento de nuestro tiempo”.
Fo estudió pintura y arquitectura, aunque pronto decidió dar sus primeros pasos en el mundo del teatro, un ámbito en el que desarrolló su faceta más admirada y que le valió el Premio Nobel de Literatura en 1997.
A sus 90 años, una edad avanzada para cualquiera, Darío Fo escribía, incluso nunca dejó de escribir. El pasado septiembre publicó un volumen sobre la figura del científico Charles Robert Darwin titulado Darwin, ¿somos monos por parte de padre o de madre?, que contenía preguntas sobre el origen de la vida y que él mismo ilustró con sus dibujos.
Unos meses antes, en marzo, cuando justo célebró sus nueve décadas de vida, Fo publicó Darío y Dios, en editorial Guanda, un texto irreverente y filosófico en el que dialogaba con la periodista Giuseppina Manin y se interrogaba sobre la religión y la espiritualidad desde un punto de vista irónico y satírico, características que siempre han definido sus obras.
Ese maestro de la comedia subversiva y la sátira sacudió sin compasión la política italiana y la religión, lo hizo como dramaturgo y lo hizo como artista; lo hizo a base de ironía y socarronería, lo que en ocasiones le supuso sufrir la censura y protagonizar grandes polémicas con el Vaticano.
La muerte de Darío Fo ha dejado a Italia en la oscuridad, en el luto porque su arte punzante iluminaba con verdades, que lo convertían en una de las figuras más relevantes a nivel mundial de la dramaturgia de las últimas décadas.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, dijo que Italia pierde a uno de los grandes protagonistas del teatro, de la cultura, de la vida civil de su país. “Su sátira, sus indagaciones, su trabajo en el escenario, su actividad artística polifacética permanecerán como la herencia de un gran italiano en el mundo”.
El periodista y escritor italiano Roberto Saviano escribió en su cuenta de Twitter: “Mi dolor es grande tras la pérdida de Darío Fo. Un intelectual potente y amigo generoso”.
El dramaturgo y actor rebelde dejó listo un libro póstumo que será publicado a finales del año por Guanda, dedicado a la “reina imposible”, Cristina de Suecia. Esa obra se sumará al centenar de piezas que circulan en las librerías de todo el mundo.
El cuerpo del escritor será velado hoy y mañana en el Piccolo Teatro de Milán, donde actuó por primera vez en 1953, antes de protagonizar un funeral laico que se realizará mañana sábado.
Se espera la llegada de intelectuales, políticos y amantes de la literatura y del teatro para despedir al dramaturgo de izquierdas que recientemente estuvo vinculado al opositor Movimiento 5 Estrellas (M5S).
(Con información de agencias)