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Luego de la sorpresiva muerte del escritor y crítico Ignacio Padilla (1968-2016), la Academia Mexicana de la Lengua (AML) entró en un periodo de luto y tendrá que esperar hasta un año, como mínimo, para volver a elegir la vacante que dejó el novelista mexicano.
Así lo dio a conocer Felipe Garrido, director adjunto de la AML, quien comentó que la institución que preside Jaime Labastida, se encuentra en una etapa de duelo de seis meses y transcurrido ese tiempo, la institución tendrá que analizar el perfil de su nuevo integrante.
"Es rápido pensar en nombres, lo primero ahora es dejar pasar seis meses y luego comenzar a discutir el perfil académico del que debemos llamar a la academia. Por ahora no hacemos nada, habrá un homenaje hasta dentro de un año. Quizá existan otras instituciones que lo hagan antes, pero la costumbre de la academia es hasta el año.
"El próximo 22 de septiembre por ejemplo, tendremos un homenaje a Eraclio Zepeda en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. En este momento pensar quién ingresará, no hay nadie, ni asomo", señaló.
De acuerdo con el académico, editor y traductor mexicano, en abril del 2015 Padilla ingresó como miembro de número a la Academia Mexicana de la Lengua, "era el segundo académico más joven sólo detrás del filólogo Alejandro Higashi (1971); había ocupado la silla del poeta Hugo Gutiérrez Vega tras su muerte.
En la charla, Garrido habló sobre los procesos que lleva a cabo la institución para elegir a sus nuevos miembros y agregó que éstos se eligen por tres vacantes: cuando el intelectual muere, renuncia o bien pide su retiro, en los tres casos, quien se incorpore será nuevo.
"La academia está compuesta por 36 miembros de número y los cuales deben residir en la Ciudad de México y tienen la obligación de asistir dos meses al mes a las reuniones y tenemos 36 académicos correspondientes; es decir, que se encuentran en los estados y que no están obligados a lo anterior. Además tenemos 10 académicos correspondientes en el extranjero y cinco más de honorarios", dijo.
Comentó que tras la muerte de Padilla, la AML debe de esperar medio año, y una vez transcurrido ese tiempo y antes de 12 meses comienza el proceso para elegir al nuevo académico.
Garrido aclaró que cuando alguien renuncia o pide ser académico en retiro, no hay que esperar seis meses, sino se procede de inmediato a la elección.
"Se presentan propuestas a la Mesa Directiva de la AML compuesta por ocho miembros: al presidente (Jaime Labastida); al director adjunto (Felipe Garrido); al secretario (Vicente Quirarte); al secretario adjunto (Aurelio González); sensor estatutario (Fernando Serrano Migallon); bibliotecario archivero (Adolfo Castañon); tesorero (Ruy Perez Tamayo) y tesorero adjunto (Concepción Company).
"La Mesa convoca al pleno para que se decida qué perfil debe tener el académico que se piensa incorporar; una vez de acuerdo, los académicos deben buscar si se tratara de un dramaturgo, un periodista, un escritor, politólogo, y una vez de acuerdo, se presentan propuestas", señaló.
El escritor dijo además que estas propuestas las presentan académicos de número por escrito y junto con la carta que se propone de alguna persona a ingresar, en la que se anexa su currículo y las publicaciones que ha realizado, porque a pesar de que los académicos forman parte de diferentes campos del conocimiento de la investigación, hay algo en común en ellos: su preocupación por la lengua.
"Al entregar las propuestas, la Mesa Directiva las examina y propone de nueva cuenta al pleno la candidatura que le parece más pertinente y la votación que se hace, es de los académicos que están presentes, más la de aquellos que no están pero que hacen llegar su voto por escrito.
"Para ser electo, se requiere más de la mitad de los votos, mayoría simple; además de que el candidato propuesto debió haber entregado una carta en la que agradezca y acepte ser miembro", detalló.
Tras la elección, continuó Garrido, el académico electo debe asistir como invitado a 10 plenos de la academia, en un lapso de cinco meses, donde tendrá voz pero no voto.
Una vez cumplidas las 10 asistencias, el académico electo puede solicitar que se señale una fecha para que lea su discurso de ingreso. Enseguida un académico de número le da bienvenida y contesta su discurso en sesión pública solemne. Todo ello, suele transcurrir un año.
nrv