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“Vivimos la civilización de lo ligero”, afirma categórico el filósofo francés Gilles Lipovetsky. El autor de La era del vacío, El imperio de lo efímero y Los tiempos hipermodernos está de vuelta en México para divulgar sus reflexiones sobre el fenómeno de la ligereza que, asegura, es “la tendencia dominante en el espíritu de nuestra época”.

El pensador y sociólogo nacido en París en 1944, ha fincado una trayectoria tan sólida y luminosa que es llamado el filósofo del hipermodernismo y lo consideran heredero de Tocqueville y Louis Dumont.

En su nuevo ensayo titulado De la ligereza (Anagrama, 2016), el filósofo francés plantea que este fenómeno no es una moda, que está en todos los aspectos del mundo Occidental, desde las artes plásticas, la educación y el deporte, hasta la informática, la tecnología, la medicina, el diseño y el cultivo del cuerpo. “Creo que esta civilización de la ligereza es una nueva forma de seguir el proyecto de la modernidad”, asegura el pensador que mañana dictará una conferencia en la Universidad de Guanajuato.

¿La ligereza es un sinónimo de superficialidad?

La búsqueda de la ligereza siempre ha existido en la cultura humana pero esta búsqueda era muy reducida. Se explicaba en el imaginario, en el arte sobre todo. Si no, no tenía valor la ligereza, todo lo demás era profundo, era pesado, estamos en una nueva sociedad, donde la ligereza se ha transformado en un valor.

Además, la importancia de la ligereza está en la desmaterialización, pero con respecto al cuerpo también, el culto de lo físico, toda nuestra cultura cotidiana, los placeres, las diversiones, el consumismo. Tengo la hipótesis que estábamos en una civilización no de ligereza, sino en la ligereza interior. Tenemos muchas prótesis ligeras, pero el cuerpo no estoy seguro que se haya vuelto más ligero.

¿Cómo vivimos la ligereza?

Podemos tener más dominio y explorar el espacio, por el otro lado está la nanotecnología, lo más ligero de lo ligero, lo infinitesimal, y esta maestría de la ligereza puede ser que cambie la tradición humana. Ya podemos trabajar en los genes para crear nuevos materiales, cambiar los órganos, intervenir de manera muy precisa y ligera sobre las enfermedades, la paradoja es que al mismo tiempo lo ligero es lo superficial y ahora eso ha tenido más fuerza, porque permite a los hombres realizar los imposibles, por ejemplo modificar el lugar de los átomos, trabajar en el lugar de las moléculas, explorar el infinito y puede modificar nuestra vida.

¿Es una revolución?

Creo que la revolución de la ligereza prepara una revolución mucho más importante de lo que fue la revolución comunista, que no cambió mucho las cosas, destruyó a los hombres, pero no reinventó una nueva sociedad ni un modo de vida nuevo. Hoy la revolución está llevada a cabo por la ligereza, por lo ligero. La lección es que son las cosas ligeras las que cambian el mundo. Por ejemplo, ve hoy las computadoras, los smarthphones han cambiado la vida de la gente, trabajas y te informas con un aparato de 200 o 100 gramos, eso modifica la vida más que las grandes revoluciones; pero tristemente no hemos transformado de fondo la existencia.

¿Vivir en la ligereza es ser libres?

Si consideramos que la ligereza da tanta libertad como el consumismo, entonces tenemos la libertad de escoger, el consumidor tiene la elección pero al mismo tiempo tiene que organizarse todo el tiempo en el consumismo. Mucha gente sufre porque tiene muchas necesidades, la cartera no es infinita, hay contradicciones. Es difícil responder de una manera categórica, produce por un lado libertad y por otro esclavitud, servilismo.

¿Cuáles son sus bondades?

Hay muchas, finalmente la civilización de la ligereza ha desembarazado el individualismo agresivo, una nueva lógica individualista con más libertad en lo privado y ha permitido, por ejemplo, conectarse con todo el mundo, va a permitir sanar más rápido, vivir más tiempo. Claro que hay que discutir qué es portador de grandes amenazas para el futuro, hay cosas que no son positivas por ejemplo la energía atómica, la alimentación genética.

¿La felicidad no es la ligereza?

Es discutible decir que la felicidad está en la ligereza, es cierto, pero al mismo tiempo no podemos poner a la ligereza como una ideal absoluto porque debemos trabajar, debemos esforzarnos. Si no hay necesidad no podemos crear. El trabajo intelectual no es ligero, el hombre ha necesitado desarrollar la sabiduría, el conocimiento, que no es ligero, es algo que adquieres, hay que trabajar. En segundo lugar, necesitamos por otro lado cosas políticas que no son ligeras, la igualdad, la solidaridad, las ideas.

Hay que defender aquello que hay de positivo en la ligereza pero no podemos poner lo ligero como la solución de todos los problemas.

¿Tomamos con ligereza nuestra participación y acción en problemáticas políticas y sociales?

No sé si la palabra ligereza corresponda en la política. La gente no tiene confianza, no es ligero, hay más que nada cólera, enojo, hay un sentimiento de incompetencia con la corrupción, por ejemplo, allí está muy lejos de ser ligero; no sé si la palabra ligereza podemos emplearla de manera sistemática en todas las realidades.

Hoy, la esfera política flirtea con la libertad, son los que hacen promesas que nunca van a ser realidad, hay ligereza allí pero no sé si sea la palabra o mejor son mentiras, es cinismo, es usurpación, pero no es la misma palabra. Hay ligereza por ejemplo en la imagen, en la publicidad política, en la mercadotecnia política, hay un vínculo con la política con la ligereza. La esfera política ha perdido su magia, en la época de la modernidad creímos en las soluciones políticas, pensamos que el Estado y la política podían cambiar el mundo, mucha gente creyó en eso, yo evité desarrollar eso porque trabajo con metáforas, hay cierto manejo de la ligereza pero no estoy seguro que sea la mejor expresión.

¿Ha hablado del vacío, lo efímero, la ligereza, hacia dónde vamos?

Esto no es más que el comienzo de la civilización de lo ligero, antes había un fenómeno de ligereza pero era un fenómeno pequeño, no tenía consistencia para cambiar el mundo, hoy eso que yo llamo la ligereza en el arte, la pintura, la danza, las alfombras voladoras, los ángeles, no estaba, el mundo no estaba organizado por lo ligero y ahora sí. Si usted toma las computadoras, la tecnología ultraligera es el consumismo por todos lados, estoy convencido que la aventura de la ligereza va a sobrevivir porque solamente es el comienzo.

La ligereza en la civilización busca un nuevo poder, no veo algo que pueda detener eso. La energía fósil no es eterna, necesitamos energías más ligeras, el sol, el aire; pero la ligereza va a sobrevivir por un largo, largo tiempo, sus armas son la fuerza.

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