La semana pasada George R.R. Martin y Stephen King, dos iconos de la literatura fantástica en lengua inglesa y a nivel mundial, se sentaron a conversar en una presentación pública en Albuquerque, Nuevo Mexico, y hablaron sobre el control de armas en Estados Unidos y los actos de violencia perpetuados durante las últimas semanas como una de las consecuencias de su fácil acceso.
Entrevistado por Martin sobre su nueva novela “End of Watch”, que coincidente es el último volumen de la trilogía sobre un asesino, King se refirió a la masacre del pasado 12 de junio en el centro nocturno Pulse, en Orlando.
Dijo que si Omar Mateen, el responsable de la matanza de 49 personas con una pistola y un rifle de alto poder AR-15, “hubiera ido allí con un cuchillo, habría sido sometido antes de que pudiera apuñalar a más de cuatro personas”.
“Si una persona puede entrar a una tienda y comprar una máquina de matar… como una AR-15 o algo algo parecido, esto (la serie de asesinatos) simplemente va a continuar. Todo depende de nosotros”, dijo el célebre escritor ante el aplauso de los presentes.
Ya en el pasado el autor de “El resplandor” se ha expresado en favor de una rigurosa política de control de armas. En 2013 publicó un ensayo titulado “Guns” enternecido por el tiroteo en Newtown, Connecticut, en diciembre de 2012, en el que perecieron 20 niños y seis adultos a causa del mismo rifle que usó Mateen, el cual también fue empleado en el tiroteo en un cine ese mismo año en Colorado durante una proyección de la saga de Batman.
En el documento King argumentó que las automáticas y semi-automáticas son “armas de destrucción masiva” y que solamente se usan con dos finalidades: “para que sus dueños las usen en un campo de tiro o para matar a la gente”. Dijo que los “lunáticos” que pretenden atentar contra civiles desarmados, lo hacen con este tipo de armamento.
rqm