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"El Quijote" como libro poético y aventura ética y estética fue reivindicado hoy en el encuentro "Cervantes por los premios Cervantes", donde Jorge Edwards, Antonio Gamoneda y Rafael Sánchez-Ferlosio, galardonados en otras ediciones, homenajearon al autor alcalaíno.
Organizado por la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) como antesala a la entrega del principal galardón de las letras en español el próximo sábado al mexicano Fernando del Paso, tres escritores reconocidos con el Premio Cervantes en anteriores ocasiones se reunieron en el Paraninfo para hablar sobre Miguel de Cervantes cuando se cumple el 400 aniversario de su muerte.
Una tarde "cervantina" y sobre todo "quijotesca", en palabras del rector de la Universidad de Alcalá, Fernando Galván, ya que las intervenciones de los escritores versaron especialmente sobre la obra más conocida de Cervantes, en un acto que clausurado por el secretario de Estado de Cultura español, José María Lassalle.
Gamoneda, que recibió el galardón en 2006, defendió la dimensión poética de "El Quijote", en el que "la rítmica, generadora de poesía, que no la métrica, está de forma permanente reptando en su prosa".
"'El Quijote', sin perjuicio de ser narrativo es un libro poético", recalcó Gamoneda, que consideró que la clasificación en géneros de la literatura "es un débil argumento académico con apenas valor didáctico".
Al igual que en Cervantes, el poeta consideró que escritores como Kafka, Joyce o Faulkner "no pueden ser entendidos si no son estimados como objetos poéticos".
Pero también Gamoneda dijo querer entender a don Quijote "como un trasunto, una representación deforme o parcial pero real de Miguel de Cervantes" y considerar la "irreflexiva radicalidad" del personaje como "una mera distinción entre opresores y oprimidos, poderosos y menesterosos".
Una obra que, resumió Gamoneda, puede ser "jocosa en algunos sentidos y terriblemente seria en otros".
Rafael Sánchez-Ferlosio, que obtuvo el Premio Cervantes en 2004, sostuvo por su parte que en "'El Quijote', todo juicio estético guarda alguna relación con una antigua ética".
"El mismo don Quijote es una figura paródica de un viejo personaje heroico y por lo tanto ético, al que no le queda en este mundo nuevo nada que hacer con las armas nuevas que imponen los tiempos nuevos", dijo Sánchez-Ferlosio.
También se refirió a la poesía en la obra cervantina el escritor chileno Jorge Edwards, que obtuvo el galardón en 1999, y que recordó cómo descubrió a Miguel de Cervantes tras desembarcar en la generación del 98, despertando en él una pasión y una lectura reiterada de sus obras que han sido una gran experiencia en su vida.
Edwards encontró algo que no volvería a ver después en ningún otro escritor, "un elemento de compasión profunda, de humanidad, de ironía, una distancia que consuela y que redime, transmitidos con una gracia única".
Hoy, el escritor hispano-chileno habló de la influencia de Cervantes en Jorge Luis Borges y defendió que el cuento del escritor argentino "El Aleph" es una parodia del episodio de la cueva de Montesinos, a la que Miguel de Cervantes hizo descender a don Quijote, donde tuvo un mágico sueño sobre "un mundo poético, perdido y añorado".
"Seguiré leyendo a Cervantes lo que me queda de vida", afirmó Edwards, que se declaró un gran aficionado a las "Novelas ejemplares": "cada una es una película; habría que hacer una de cada novela porque son absolutamente fílmicas y modernas".
rqm